Es un lugar para dedicarle unas horas y continuar con la ruta, de ahí que le dedique este pequeño post con alguna de las imágenes que más nos gustaron del lugar.
La entrada por adulto son 20 CAD, en la taquilla te dan un mapa para que vayas siguiendo el recorrido por las diferentes construcciones. No es una entrada barata, pero a nosotros nos gustó bastante, ya que no sólo puedes ver las construcciones, si no que también puedes entrar en ellas y ver cómo se desempeñaban algunos trabajos de esa época.
Entramos en el molino donde el agradable molinero los explicó el funcionamiento de la maquinaria….
En la serrería también pudimos observar cómo se cortaban los troncos de madera en diferentes tamaños.
Continuamos nuestro recorrido por diferentes partes de la aldea. En verano, los niños pueden asistir a campamentos allí mismo y hacen juegos típicos del siglo XIX, ayudan en diferentes tareas, van a la escuela.. y también forman parte del paisaje que podemos observar allí.
Después de comer, pusimos rumbo a nuestro siguiente destino, la bella ciudad de Ottawa, os cuento nuestra visita en el siguiente post!!!