Hoy era nuestro último día completo en la ciudad de Montreal y lo íbamos a dedicar a su barrio más famoso, Plateau Mont Royal.
Es un barrio con unas construcciones preciosas, con cierto parecido a algunas ciudades europeas, locales chulos, murales por las fachadas…. Vamos, todo lo que se le puede pedir a un barrio para que a nosotros nos resulte perfecto.
Aunque en sus orígenes fue un barrio de clase trabajadora, a partir de la década de los 60 y 70 fueron llegando a él escritores, artistas y personajes del mundo de la cultura que le dieron el aire bohemio del que se hoy aún se puede disfrutar.
Aprovechando que teníamos la tarjeta de transporte para tres días, llegamos en metro a la parada Plateau Mont Royal y nos fuimos caminando hasta el Parque Mont Royal, hasta el punto más elevado para obtener una de las mejores vistas de la ciudad.
Ya de camino fuimos disfrutando de ese «rollo» molón que tiene este barrio y que tanto nos ha gustado.
Una vez en el Parque Mont Royal comenzamos el ascenso. Este parque fue diseñado por Frederick Law Olmsted, el mismo paisajista que diseñó Central Park. Fue oficialmente inaugurado en mayo de 1876 y pasó a formar parte de un lugar protegido de la provincia de Quebec.
En uno de los puntos más altos se encuentra el Chalet du Mont Royal, una gran casa de piedra construida en 1932, desde el que se tienen impresionantes vistas de la ciudad. En este edificio también se ofrecen conciertos en verano, lo cual tiene que ser una gozada poder asistir a alguno.
Aprovechando que a los pies del Mont Royal se encuentra una de las universidades más importantes de Canadá, decidimos dar un paseo por el campus de la McGill viendo alguno de sus edificios.
Comenzó a llover y tuvimos que correr hacia la estación de metro de Peel St para volver hasta el Plateau Mont Royal a seguir descubriendo su encanto.
Esta vez fuimos hasta la Sherbrooke St y tan sólo en unos minutos caminando llegamos hasta uno de los lugares que más me gustaron de este barrio.
Se trata del parque Square Saint Louis, toda una muestra de la arquitectura típica de este barrio!! Además las flores del parque estaban preciosas, tanto nos gustó este lugar que volvimos en nuestro último día del viaje también.
Seguimos paseando por el barrio en dirección al lugar en el que queríamos comer ese día, las callecitas son encantadoras y algunos locales están decorados con murales preciosos.
El lugar elegido para comer era Deli más antiguo de la ciudad, el Schwartz’s Deli, toda una institución en Montreal para comer el sándwich de pastrami. Nosotros pedimos el sándwich clásico con pepinillos y patatas y dos ginger ale por 39$.
Después de comer continuamos paseando por el barrio observando todo lo que nos encontrábamos a nuestro paso, desde locales con artículos vintage monísimos hasta los famosos cafés donde puedes acariciar gatos.
Habíamos leído que el Jardín Botánico de Montreal era precioso, así que, a nosotros que nos gustan las plantitas y las flores, decidimos ir a visitarlo. Fuimos en metro hasta la parada de Pio IX y salimos justo al lado del Parque Olímpico de Montreal, el lugar donde se celebraron los Juegos Olímpicos de 1976 y el él destaca su controvertido Estadio Olímpico. Digo controvertido porque no a todos los habitantes de Montreal les gusta por igual su famosa torre, en fin, dicen que nunca llueve a gusto de todos….
Cruzando Rue Sherbrooke se encuentra el Jardín Botánico.
La entrada por adulto es de 20,50$.
Es el tercer jardín botánico más grande del mundo, quizás se necesitarían varias jornadas para verlo por completo o para observar las miles de especies que allí se encuentran, pero nosotros queríamos tener una impresión general y ver alguno de sus rincones más bonitos.
Uno de los rincones que más nos gustaron es el Jardín Japonés con su salón de té, pabellones tradicionales, el lago, por un momento era como haber viajado al país nipón.. Allí puede verse la colección de bonsáis, una de las mayores fuera de Asia. No os parecen espectaculares estos árbolitos????
Montreal está hermanada con la ciudad china de Shanghái, lo que también ayudó a la creación de un Jardín Chino espectacular.
También visitamos los pabellones donde se encuentran los insectos y paseamos y descansamos entre miles de flores de colores. La temperatura era ideal y la tranquilidad que se respiraba en este lugar era perfecta para terminar el día, si estáis por Montreal, no dudéis en visitar su Jardín Botánico!!
Para cenar volvimos en metro a Rue Saint-Catherine, queríamos aprovechar la gran variedad de restaurantes internacionales que hay en esta ciudad y elegimos un lugar donde tomar una de nuestras comidas preferidas del mundo, Ramen!! El restaurante es el Ramen Japonais Ichifuku, dos ramen exquisitos acompañados con cerveza japonesa por 37$.
Tras la cena, nos acercamos a un supermercado cercano para comprar algo de desayuno para el día siguiente, dejábamos Montreal y comenzaba nuestro particular roadtrip que nos llevaría a hacer muuuuuchos kilómetros y en el que descubriríamos lugares espectaculares, pero eso vendrá a partir del siguiente post!!!