Comienzo mis visitas del día caminando desde la Porta de San Giovanni desde la que me dirijo hasta Via Merulana, por la que continúo hasta llegar a la plaza donde se encuentra una de las cuatro basílicas principales de Roma, Santa Maria Maggiore, también llamada Santa Maria della Neve porque según cuenta la leyenda un 5 de agosto nevó en Roma, algo difícil en cualquier época del año y mucho más tratándose de esas fechas, es por eso que la Virgen le encargó al papa Liberio en el año 352, la construcción de una iglesia en un lugar nevado y en la colina Esquilina la construyó.
Para cada día voy preparándome rutas que tengan varios sitios de interés, otros días me dejaré llevar y simplemente callejearé por Roma, algo que me encanta!!!
Aún en Via Merulana y casi llegando a la basílica, veo una tienda de esas de todo para la casa que anuncia buenas ofertas, entro y encuentro una sartén muy aceptable que está al 70% de descuento, así que no puedo dejar pasar la oportunidad para tener una buena sartén en nuestro apartamento. La compro y como puedo la meto en la mochila y unos metros más adelante…… me doy cuenta de que hay que pasar por un control de seguridad con detector de imagen para entrar al interior de la basílica, en ese momento me entra la risa floja, pero espero que entiendan que tendremos que cocinar jajajaja. Paso el control sin problemas, aunque eso sí, pensando en que por favor el guardia de seguridad no echase para atrás mi mochila.
De su exterior destaca el campanario del siglo XIV y que se trata del más alto de la ciudad.
Una vez dentro empiezo a disfrutar realmente de la visita. La iglesia ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los siglos, pero sigue manteniendo las tres naves que están divididas por dos filas de columnas con capiteles jónicos.
El espectacular techo está decorado con oro que ofrecieron los Reyes Católicos y que había sido traído de América.
En el interior se puede ver un cofre de oro y plata que guarda varias reliquias del pesebre, entre las que se cree que se encuentra un fragmento de la cuna de Jesús. Justo delante se encuentra una gran estatua del papa Pío IX.
A ambos lados podemos ver dos capillas que están ricamente decoradas y en las que se encuentran enterrados los papas Pablo V en la Capilla Paulina y Sixto V en la otra, llamada Capilla Sixtina (aunque la de San Pedro es mucho más espectacular) que está decorada con mármoles de colores.
Frente a esta capilla no debemos perdernos la tumba del gran escultor Gian Lorenzo Bernini y parte de su familia, es una simple baldosa en el suelo, cabría esperar que un genio del barroco como él, tuviese una sepultura acorde a sus obras, pues en este caso, no puede ser más sencilla, de hecho si no lo sabes, puede pasar totalmente desapercibida. Buscar el primer escalón del presbiterio frente a la capilla que se encuentra a la derecha del altar.
Delante de la iglesia, ya en el exterior, se puede ver una enorme columna de mármol que fue traída del Foro Romano, concretamente de la basílica de Majencio.
El horario para visitar Santa Maria Maggiore es de 7h a 18.45h todos los días. Gratuita.
Desde allí continúo por la pequeña Via S. Prassede y enseguida me encuentro con la Iglesia de Santa Prassede, que bien merece una visita por lo que encontramos en su interior y porque se trata de una de las iglesias más antiguas de Roma.
Una pequeña y sencilla fachada nos da paso a la iglesia, lo que encontramos dentro nada tiene que ver. Es una iglesia que data del siglo IX aunque también ha sufrido varias restauraciones.
Una de las cosas más importantes de la Iglesia de Santa Prassede, son los mosaicos bizantinos del siglo IX que se pueden ver en el ábside. Se puede diferenciar la imagen del Redentor acompañado por tres santos más, una de ellas es Santa Prassede.
Lo más importante de esta iglesia es la Capilla de San Zeno, donde se esconde una de las obras bizantinas más importantes de la ciudad de Roma. Cuando se ilumina, hay que echar una moneda de 1€ como en otros muchos lugares de Roma, se pueden ver unas figuras que resaltan sobre un fondo de oro que simboliza el cielo.
En el interior de esta capilla podemos ver una reliquia, se trata de un fragmento de la columna donde fue atado y flagelado Jesús antes de que fuese crucificado en Jerusalén. La veracidad de estas reliquias, así como de otras que se pueden ver en distintas iglesias de Roma, es bastante discutida debido fundamentalmente a la falta de evidencia científica.
Después de esta visita me dirijo a una de las iglesias que más ganas tenía de ver y que en nuestra anterior visita no nos dio tiempo.
La Iglesia de Santa Prassedes está cerrada de 12 a 15h y tampoco se puede visitar durante los actos litúrgicos. Gratuita.
Se trata de San Pietro in Vincoli, famosa sobre todo porque alberga el conocido Moisés de Miguel Ángel. Para los que visiten Roma en los próximos días, deciros que se encuentra en obras, qué le vamos a hacer, siempre toca algo, pero que el Moisés se ve perfectamente, aunque eso sí, entre andamios.
La estatua del Moisés es espectacular, con unos rasgos claramente marcados que el autor creó con esmero, de esta forma la cara muestra descontento que era lo que Miguel Ángel quería expresar.
El nombre de esta iglesia se debe a que en su interior se guardan las cadenas que mantuvieron encarcelado hasta dos veces a San Pedro, una en Jerusalén y otra en Roma. Las podemos ver en una urna bajo el altar.
Antes de salir, a la derecha, puede verse un importante fresco del siglo XV que muestra una procesión contra la epidemia.
El horario para visitar la Iglesia de San Pietro in Vincoli es todos los días de 8 a 12.30 h y de 15 a 19 h. Gratuita.
Como me encuentro a un paso del monte Esquilino, decido ir por allí y disfrutar de unas buenas vistas del Coliseo.
Paseando por el Parco di Traiano, te encuentras con las Termas de Trajano, bueno en realidad con lo que queda de ellas. Estaban construidas sobre las ruinas de la Domus Aurea, el Palacio de Nerón, y en su momento tenían una envergadura espectacular. Fueron inauguradas en el año 109 y contaban con amplias estancias donde poder disfrutar de las aguas termales. Estas termas estuvieron en uso hasta finales del siglo IV, después un gran incendio las arrasó y quedaron abandonadas.
En su momento tuvieron mucho éxito porque se trataba de una obra muy innovadora tanto por la ubicación de las mismas en el monte Oppio, como por la decoración y distribución de las salas. Contaban con un complejo sistema de calentamiento del agua, lo que supuso un gran trabajo de ingeniería.
Los restos de la Domus Aurea, sólo pueden visitarse los sábados y domingos, ya que el resto de días están realizando labores de restauración, así que habrá que volver en otro momento a visitarlo.
Y si no estás por allí en fin de semana, pues a disfrutar de las precisas vistas que se tienen desde allí!!!!
Arriverdeci!!!