Para una primera vez en Roma, quizás el Monte Celio pase bastante desapercibido, no es de esas visitas imprescindibles que todo viajero que llega a Roma quiere realizar, no es de las cosas que más aparece en las guías, pero había leído que tiene interés por ciertos lugares que se encuentran allí, así que esta vez, y ya que tengo tiempo suficiente, no quería dejar de visitarlo. 

Nuestro apartamento, del que ya pondré alguna foto porque es un sitio precioso,  se encuentra en el barrio de Sant Giovanni, a poca distancia de dos estaciones de metro y de varias paradas de autobús que nos vienen bien, a Diego para ir al trabajo, y a mí para llegar a diferentes puntos de la ciudad. 

Caminando desde casa he llegado al Monte Celio, una de las siete colinas que rodean Roma, un área muy tranquila a un paso del Coliseo, donde se pueden visitar varios lugares de interés, yo he visitado casi todos, o al menos los que se podía, así que espero que sea de utilidad este post. 



El recorrido no es muy largo y depende de lo que luego se quiera ampliar,  yo he terminado la visita muy cerca del Coliseo y desde ahí las opciones son diversas, pero vamos a ir poco a poco.  


Desde Porta Metronia,una de las puertas de la antigua muralla de la ciudad,  camino por la Via  della Navicella hasta que a la izquierda me encuentro con la Iglesia de Santa Maria in Domnica, la cual se encuentra cerrada por las obras de ampliación de la linea C de metro de la ciudad, por lo que no es posible visitarla hasta la finalización de las mismas. 



La calle se llama Via della Navicella en honor a un barco votivo romano que se encuentra en la fuente que está frente a esta Iglesia. 




Un poco más adelante sale una calle a la derecha que nos lleva en unos pasos hasta otra iglesia, la de Santo Stefano Rotondo. Se trata de una iglesia  de planta circular del siglo V. Es una de las que más me ha gustado hasta ahora, quizás por lo particular de su estructura. 





Al entrar en la iglesia se cruzan los restos del acueducto de Nerón. El interior de la iglesia es realmente sorprendente, una estructura circular divida en varios espacios por imponentes columnas de granito. 

En las paredes se pueden ver un más de 30 frescos bastante realistas que muestran diferentes métodos de tortura utilizados por las autoridades de Roma contra los primeros cristianos. 



Nada más entrar a la izquierda se encuentra el trono de mármol del obispo, que se cree que pudo pertenecer a San Gregorio Magno. 


La iglesia puede visitarse de 10 a 13h y de 15 a 18h, aunque a partir de octubre hasta marzo será de 14 a 17h. Gratuita. 

Al lado de la iglesia de Santa Maria in Domnica, se encuentra la entrada principal de la Villa Celimontana, un gran parque público de la ciudad que fue creado en el siglo XVI. Es muy agradable pasear por sus senderos con fuentes y mucha vegetación, además si continúas puedes salir por una puerta que hay frente a la iglesia de Santi Giovanni e Paolo. 

También se puede  continuar con la visita por el Monte Celio, atravesando el Arco di Dolabella, una puerta antigua de entrada a la ciudad de Roma que fue construido en el 10 a.C. Quizás se trate de una reconstrucción de la Porta Celimontana, puerta que existía sobre el acueducto que Nerón construyó para abastecer de agua a los habitantes de esta zona. 



Una vez dentro hay que caminar un poco y llegamos a la Piazza di Santi Giovanni e Paolo, donde a un lado se encuentra la entrada posterior de la Villa Celimontana, un parque que había sido el jardín de la villa renacentista Mattei, y al otro lado la Iglesia de Santi Giovanni e Paolo, una Iglesia dedicada a Juan y Pablo, dos soldados romanos martirizados por negarse a venerar ídolos paganos, allí están enterrados.  Fue construida sobre el siglo IV.


Está dedicada a dos hermanos santos que se unieron al cristianismo bajo el mandato de Constantino y murieron por negarse a adorar a dioses paganos. La iglesia fue construida sobre una Domus romana que también se puede visitar. 
El interior, aunque no contiene obras de arte importantes como en otras iglesias de la ciudad, merece la pena dedicarle unos minutos. 






La iglesia puede visitarse de 8 a 13h y de 15 a 18h. Gratuita. 


Para continuar al siguiente destino, se pasa bajo los arbotantes de ladrillo que sujetan la Iglesia de Santi Giovanni e Paolo, por la calle Clivio di Sacuro,  y a mano derecha nos encontramos con la entrada de Case Romane del Celio, abierto al público desde 2002, se trata de un conjunto de unas 20 salas distribuidas en diferentes niveles que pertenecen a la estructura original de una Casa Romana y una basílica paleocristiana en la que se sentaron las bases de la iglesia que hay hoy construida encima. En varias de las salas se pueden disfrutar de algunos frescos y en todas hay paneles explicativos con buena información (en italiano y en inglés).

Antes de entrar fijarse en en las paredes de ladrillo exteriores en las que aún se pueden ver tapiadas las ventanas de las antiguas dependencias. 


El horario de visita es de 10 a 13 h y de 15 a 18 h, los martes y los miércoles está cerrado. El precio individual es de 8 €.



En una de las salas se encuentra el Antiquarium, donde se exhiben un gran número de objetos que han ido encontrando durante las diferentes excavaciones, tales como ánforas, platos, restos de inscripciones….



Ya en la calle, se continúa por Clivo di Scauro y a la izquierda aparecen los restos de lo que fue la Biblioteca de Agapito, que en un principio formaba parte de una casa romana. 




El siguiente punto a visitar, y quizás el más relevante del Monte Celio, es la Iglesia de San Gregorio Magno, que fue fundada por el papa Gregorio Magno, que fue posteriormente santificado, en honor a San Andrés. Primero se trató de un monasterio en el residían, de esa época quedan pocos restos, uno de ellos es la biblioteca mencionada. 
 Destaca su imponente fachada barroca, que fue añadida en el siglo XVII y que nada tiene que ver con la antigüedad de la iglesia en sí. 

Para visitar su interior hay que llamar a un timbre que hay en la pared del pórtico, enseguida vendrán a abrir y ya podemos entrar y visitarla, es gratuita como casi todas las iglesias de la ciudad. 




El interior de la iglesia en de la primera mitad del siglo XVIII y destacan sobre todo algunos monumentos funerarios y pinturas que muestran diferentes acontecimientos en la vida de San Gregorio.  




Según sales a la derecha, se encuentran dos pequeñas capillas,  la Capilla de San Andrés,  y la Capilla de Santa Bárbara, en la que se encuentra la mesa en la que San Gregorio solía servir comida a doce pobres y una serie de frescos con la vida del santo.   Además en el mismo recinto residen misioneras de la orden de la Madre Teresa de Calcuta. 


La iglesia puede visitarse de 9 a 13h y de 15,30 a 19h. Gratuita. 


Ya en la Via de San Gregorio, en dirección al Coliseo, se pueden ver más restos de lo que fue el Acueducto construido por Nerón en el siglo I d.C para abastecimiento de agua potable. 




Desde allí ya se puede ver el impresionante Arco de Constantino, en honor al que es considerado como el primer emperador cristiano.  Cuenta con ocho relieves rectangulares que anteriormente habían estado colocados en un monumento dedicado al emperador Marco Aurelio. 

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