La escapada a esta región de Reino Unido conocida como los Cotswolds surgió con motivo de una conferencia a la que Diego iba a asistir en la cercana Oxford, tengo que decir que no preparamos mucho la ruta, sólo teníamos dos días y no queríamos agobiarnos por ver muchas cosas, aún así, hemos visto bastantes pueblecitos y una vez que estábamos allí, nos preguntamos cómo no habíamos ido antes a ver esa maravilla!!!!!
La región está salpicada de pueblos de cuento, están situados bastante cerca unos de otros, lo que facilita mucho la ruta, es verdad que llevábamos apuntados alguno que sí queríamos ver, otros paramos de casualidad y fue todo un acierto, pero tengo claro que volveremos a recorrer sin prisa la Campiña Inglesa!!
Llegamos muy temprano al aeropuerto de Londres, aprovechando un vuelo de primera hora y teniendo en cuenta que en Reino Unido es una hora menos que en España. Nosotros volamos a Heathrow porque en el momento en el que reservamos los vuelos era la mejor combinación. Para recorrer esta zona nos vino muy bien.
Como casi siempre que necesitamos un coche para nuestros viajes, alquilamos uno con
rentalcars, la experiencia siempre es buena con ellos. Esta vez alquilamos uno que tenía muchísimas ganas de conducir, un Fiat 500!!! Me encanta ese coche…. Para esta ocasión había una dificultad añadida, había que conducir por la izquierda, pero una vez que te acostumbras, todo genial.
Para este primer día no teníamos reservado alojamiento, preferimos elegir allí sobre la marcha ya que no sabíamos cuánto tiempo nos iba a llevar cada lugar y hasta dónde llegaríamos ese día, fue todo un acierto y creo que para este tipo de roadtrip es ideal, aunque claro, también tienes que dedicar un ratito a elegir dónde dormir!!
Nuestra ruta de ese primer día fue la siguiente:
Nuestra primera parada fue la localidad de Lacock, un pueblecito que parece haberse detenido en el tiempo.
Llegamos a primera hora de la mañana y el pueblo estaba muy tranquilo, sólo algunos turistas como nosotros paseaban por sus calles.
El coche lo dejamos en un parking habilitado ya que al pueblo sólo pueden acceder residentes, el precio del parking fueron 4£.
Seguramente sea porque fue el primer pueblo al que llegamos y nos sorprendió muchísimo, pero todos los rincones me parecían encantadores!!
Allí encontramos una tienda en la calle en la que no había dependiente, elegías el producto que querías y ponías el dinero en una pequeña caja, siempre que veo estas cosas me da mucha envidia de que allí funcione, la gente respeta las cosas. Era un puesto de mermeladas y merengues de lo más «cuqui», nosotros elegimos un merengue de pistacho que estaba muy rico!!!!
Entre sus tesoros, tiene una abadía que fue fundada en el año 1232, no pudimos entrar a visitarla porque estaban grabando en el interior. Lacock es un lugar muy cinematográfico que se ha utilizado como escenario de películas y varias series conocidas como la de Abbey Road. De hecho en el parking puedes ver un plano con las localizaciones de series y películas….
Allí se encuentra la casa de los padres de Harry Potter!!
Se encuentra al lado de la iglesia medieval de Sant Cyriac, un templo del siglo XI, durante nuestra visita estaba cerrada y no pudimos entrar.
Recorrimos las calles principales de la localidad disfrutando de los encantadores rincones que posee, fachadas de piedra que nos encontraríamos a lo largo de la ruta, ventanas adornadas con flores, tiendecitas de las que no quieres salir nunca…
Como curiosidad, leímos que esta localidad está protegida por National Trust, una Fundación que vela por la conservación del patrimonio.
Nuestra siguiente parada fue en el que dicen que es uno de los pueblos más bonitos de Inglaterra, Castle Combe, un pueblo que parece un decorado.
Es un pueblo pequeño, con una calle principal como la mayoría de las localidades de esta región. Las casas son del estilo Costwolds que nos encontraríamos a lo largo de nuestra ruta, hechas de piedra caliza extraída de la zona y que se caracteriza por su color dorado. Por su belleza, también ha sido escenario de varias películas.
Dimos un agradable paseo disfrutando de la tranquilidad del pueblo y nos quedamos embobados con su encanto, si una casa es bonita, la otra es más y todas juntas forman un paisaje espectacular. Yo no me atrevo a decir que es el pueblo más bonito de Inglaterra porque tendría que ver muchos más, pero lo que sí puedo decir es que Castle Combe tiene muchas razones para serlo.
Entramos en la Iglesia de San Andrés, del siglo XII, en cuyo interior se encuentra uno de los relojes medievales en uso mejor conservados de toda Inglaterra.
Paramos a comer algo en el bar Castle Inn, que se encuentra junto al Market Cross, una edificación del siglo XIV donde tenía lugar el mercado de la localidad.
Pedimos dos cervezas y un sándwich de salmón para compartir, preferíamos no perder mucho tiempo en comer, en estas rutas nuestra comida principal es la cena jejeje.
Después de comer dimos un último paseo por la calle principal de esta preciosa localidad.
Con mucha pena dejamos Castle Combe y continuamos nuestro camino hasta otro de los pueblos de la región. Esta vez paramos en Cirencester, diferente a lo que habíamos visto hasta ahora, es mucho más grande, más ciudad, pero a la vez conserva el encanto de esos pequeños pueblos.
Aparcamos el coche en una de las calles principales y nos fuimos a dar una vuelta y a disfrutar del buen ambiente que se respiraba en sus calles.
A diferencia de los pueblos de los que veníamos, en Cirencester encontramos más gente, tiendas y un ambiente diferente que también nos encantó.
Pasamos al interior de la Iglesia de San Juan Bautista, una de las iglesias más grandes de la zona, la cual data del siglo XII aunque ha sido reconstruida en más de una ocasión.
Entramos a alguna de sus tiendas, algunas una mezcla de salón de té con venta de otro tipo de productos como decoración, textil…. , tiendas decoradas con un gusto exquisto!!
Aunque en un principio no estaba en nuestros planes parar en Cirencester, tengo que decir que merece mucho la pena, incluso nos hubiese gustado dedicarle mucho más tiempo y visitar otros lugares de la ciudad que no se encuentran en el centro, y es que Cirencester fue la segunda ciudad romana más importante de Inglaterra y aún conserva vestigios de aquella época que se pueden visitar, tales como un anfiteatro romano.
De nuevo en nuestro coche ponemos rumbo a otro de los pueblos que pugna por ser el más bonito de Inglaterra junto con Castle Combe, se trata de Bibury.
El coche lo dejamos muy cerca de uno de los mayores atractivos de la localidad, la calle Arlington Row, una hilera de casas típicas de la región que datan del siglo XIV. Al igual que ocurría en algunos monumentos de Lacock, esta hilera de casas es actualmente propiedad de la Fundación National Trust que vela por su conservación.
Realmente es una imagen espectacular, además tuvimos la suerte de poder disfrutarla casi sin gente!!!
Merece la pena recorrer Arlington Row despacio y disfrutar de cada uno de sus rincones a cual más encantador.
Este espectacular conjunto se encuentra junto al río Coln, que fluye por la calle principal dejando imágenes muy bonitas. En esta zona, el otoño se asomaba a las copas de los árboles ya!!
Junto al puente de piedra que cruza el río Coln se encuentra el hotel más emblemático de Bibury, el Swan Hotel, situado en una típica construcción de esta región y con unas vistas privilegiadas, nosotros no nos alojamos allí porque cuando miramos, los precios eran bastante elevados, quizás reservando con tiempo se pueden obtener mejores tarifas….
Continuamos paseando hasta la Iglesia de Santa María y el cementerio que se encuentra alrededor.
Y de nuevo volvimos a la zona principal del pueblo en busca de cumplir una de las tradiciones más arraigadas del país, eran las cinco de la tarde y había que tomar el té!!!!
Elegimos para ello un típico salón de té que encontramos abierto muy cerca de Arlington Row, la decoración era muy «british» y tomamos un té con un par de porciones de tarta que estaban riquísimas. Me encanta esta tradición, de hecho en este viaje ya hemos hecho acopio de té para una temporada jejeje.
Mientras disfrutábamos de nuestra merienda, reservamos el que sería nuestro alojamiento para esa noche, una habitación en la parte superior de un pub en la cercana localidad de Quenington.
Junto a Bibury, separadas por el río, se encuentra la localidad de Arlington a la que nos acercamos ya con el coche antes de continuar nuestra ruta y dirigirnos a nuestro alojamiento para esa noche.
En menos de veinte minutos estábamos en la puerta del Keepers Arms y enseguida nos dieron nuestra habitación, una habitación monísima y confortable por la que pagamos 100£ alojamiento y desayuno.
Lo bueno de estar alojados encima de un pub es que no teníamos que buscar mucho un buen lugar para cenar, así que tras descansar un poco, bajamos a tomar unas cervezas y unos platos típicos, menudo ambiente había en el pub!!
Pedimos un típico fish and chips y un plato de salchichas y estaba todo bastante bueno y muy bien presentado.
El madrugón del día estaba pasando factura, fuera llovía, así que enseguida nos fuimos a dormir a nuestra habitación por la que veíamos llover a través de la ventana… Al día siguiente nos esperaban más lugares de cuento!!!