La colina del Quirinale es la más alta de las siete que existen en Roma, su nombre se debe seguramente al templo de Quirinus que exitió en este mismo lugar.
Durante un tiempo se construyeron aquí palacios e incluso llegó a estar la residencia de verano de los papas en el palazzo, lo que hoy es la residencia del presidente italiano.
En esta misma plaza hay otros dos palacios más y en el centro un obelisco de los más antiguos de Roma custodiado por las estatuas de Cástor y Pólux. El Palacio que se encuentra de frente a las vistas de la cúpula de San Pedro, fue construido por el papa Clemente XII en 1730 para albergar el tribunal papal, hoy es sede el Tribunal Constitucional.
Las vistas no son impresionantes, pero merece la pena llegar hasta allí y ver no sólo la plaza, si no también alguna de las iglesias que se encuentran en los alrededores y que si lo son.
Abajo de las escaleras que van directamente a la Fontana de Trevi, basta con desviarse un poco hasta la Via della Panetteria, para llegar a una de las heladerías más famosas de la ciudad, Il Gelato di San Crispino, donde recomiendo probar el helado del mismo nombre (a base de miel silvestre) que está simplemente espectacular. Yo lo mezclé con el de pistaccio de Bronte que ya se ha convertido en un clásico en los helados que tomamos alguna tarde, la mezcla por ahora es la mejor que he probado. Además la zona en la que se encuentra es preciosa, llena de rinconcitos encantadores….
Desde la Piazza del Quirinale se continúa por Via del Quirianale para llegar a dos de las iglesias más bonitas de esta zona. La primera que nos encontramos en Sant’Andrea al Quirinale, una iglesia que suele considerarse como la obra maestra de Bernini en cuanto a arquitectura eclesiástica se refiere. Tiene una forma oval y el interior es precioso. La verdad es que yo estoy impresionada con el interior de las iglesias en esta ciudad, son IMPRESIONANTES!!!! Da igual que seas religioso o no para admirar la belleza de alguno de estos templos, en muchos de ellos hay obras de arte de un valor incalculable.
Sentado en uno de sus bancos podemos observar mejor su impresionante techo dorado, el color del mármol de las pareces y la cantidad de querubines que parecen descender desde la cúpula de la iglesia.
Hay que tener en cuenta que desde las 12 a las 15,30 h se encuentra cerrada, por lo que hay que planificar la visita para no tener que volver hasta allí.
Recomiendo que se visite a primera hora de la mañana, ya que la siguiente iglesia no está abierta por la tarde.
Se trata de San Carlo alle Quattro Fontane, llamada así por las cuatro fuentes de finales del siglo XVI que hay en el exterior, en el cruce de la Via delle Quattro Fontane con Via del Quirinale. Es conocida en Roma como San Carlino por sus pequeñas dimensiones.
Esta iglesia es obra de otro de los maestros de su época, Francesco Borromini, y pronto se convirtió en una de las obras más representativas del barroco italiano del siglo XVII. La iglesia fue un encargo de la orden de los Trinitarios Descalzos, los cuales necesitaban una sede en Roma, pero no tenían dinero, así que aceptaron que Borromini construyera la iglesia tal y como deseaba, ellos no pondrían ninguna traba en la construcción y Borromini no cobraría por esta obra, le ayudaría a darse a conocer como un gran arquitecto, aunque antes de que finalizasen las obras, Borromini se suicidó.
La fachada de la iglesia, se formas cóncavas y convexas que le da cierto movimiento, fue ideada por Borromini, pero fue terminada por su sobrino.
El gran óvalo llevado por ángeles que destaca en la fachada, está decorado con un fresco de la «Coronación de la Virgen», aunque no es fácil distinguirlo.
El interior de la iglesia es sobrio, pero destaca la impresionante cúpula ovalada decorada con detalles geométricos como si se tratase de una colmena.
A la derecha del altar hay una puerta por la que se puede acceder al pequeño y elegante claustro rodeado de columnas con un pozo en el centro.
Ya en exterior, si nos ponemos en el centro del cruce, eso sí con mucho cuidado con el tráfico tan caótico que hay en esta ciudad, se pueden ver varios de los obeliscos que existen en la ciudad.
Descendiendo por Via Quirinale llegamos hasta una Iglesia menos conocida pero que bien merece una pequeña visita para ver otra de las esculturas de Bernini, es la Iglesia de Santa Caterina da Siena a Magnanapoli, otra joya de estilo barroco a la espalda del Mercado de Trajano.
Desde la misma plaza en la que se encuentra esta iglesia, sale Via Nazionale una gran avenida llena de tiendas que va hasta la Plaza de la República.
Además de grandes edificios como el Palacio de Exposiciones, también podemos encontrar esos locales con tanto encanto que a mí personalmente tanto me gustan como esta heladería….
En la misma Via Nazionale se encuentra casi escondida, porque está a un nivel más bajo que la propia calle,pero por una empinada escalera accedemos a la Basílica de San Vitale. Antiguamente era una capilla dedicada a San Gervasio y San Protasio que ha sido restaurada en más de una ocasión. Detrás de una sencilla fachada con un pórtico se encuentra un interior plagado de frescos de Agostino Ciampelli que muestran el martirio de San Vitale.
Cruzamos Via Nazionale y nos dejamos llevar por las calles del barrio de Monti, un barrio en auge que se está poniendo de moda por el gran número de pequeños restaurantes con encanto y lugares donde tomar un vino que puedes encontrar. También hay tiendas de recuerdos, talleres de artesanos y todo a un paso del Coliseo, de hecho, desde alguna de sus calles se puede ver a lo lejos.
En la Hostaria La Carbonara pasé a comer un plato de pasta y, como no podía ser de otra manera, elegí la receta del nombre del restaurante, estaba riquísima y a un precio más que bueno. El local por dentro es muy chulo y además de la pasta a la carbonara, hay muchas más opciones para elegir, personalmente lo recomiendo!!!! Se encuentra en Panisperna 214.
Es un barrio que me ha gustado mucho y al que seguramente volveré en más de una ocasión durante nuestra estancia en Roma, ya que hay otros lugares recomendados que me apetece probar, os lo contaré!!!