Día 4. El reencuentro con New Haven

Este último viaje a Nueva York ha sido muy especial por varios motivos, pero sin duda uno de ellos ha sido volver a reencontrarnos con la ciudad de New Haven y con la Universidad de Yale. Haber vivido allí una época nos marcó mucho y tenemos recuerdos muy bonitos de ese momento. Es por eso, por lo que el haber pasado un día allí después de dos años, ha sido muy emotivo.





Llegar desde Nueva York a New Haven es muy sencillo, hay trenes que salen desde la Grand Central Station con bastante frecuencia y en poco más de una hora estás en la estación de New Haven, en el estado de Connecticut. 

Reconozco que nada más salir de la estación y volver a ver las calles por las que habíamos pasado tantas veces, no pudimos evitar emocionarnos, fue una sensación rara, en ese momento era como si no nos hubiésemos ido, pero habían pasado dos años y algunas cosas en la ciudad habían cambiado!!!

Nuestra idea era pasar allí el día y volver a muchos de nuestros lugares habituales, sobre todo pasear por el campus de la universidad, conocer los nuevos colleges, entrar a los locales que frecuentábamos más y también acercarnos a la puerta de la que fue nuestra casa, ufff cuántos recuerdos. 

Pues así lo hicimos, nos pusimos a caminar, cruzamos el Green en el que ahora estaba instalado un gran árbol de navidad y directamente entramos al Old Campus, uno de los lugares que más nos gustaban de la Yale University. 

Volvimos a pasar por delante de una de las sociedades secretas de la Universidad, la Skull and Bones, siempre que pasaba por allí miraba a ver si en algún momento veía entrar o salir a alguien, era un sitio misterioso que me hubiese gustado descubrir más, pero las sociedades secretas son eso, muyyyy secretas. La sociedad fue fundada en 1833 y son muchos los misterios que hay a su alrededor, incluso se piensa que forman parte de los Illuminatti!!!


La Chapel St es una de las calles con más ambiente de la ciudad, allí hay un Starbucks Coffee, y también está uno de mis lugares preferidos, la Yale University  Art Gallery, madre mía la de veces que pude visitar este lugar jejeje. 

Paramos a tomar un café y un dulce en el Book Trader Cafe , un lugar al que nos encantaba ir. Es un lugar de los que califico como «molones», una mezcla de cafetería y biblioteca donde además puedes comprar los libros, los cuales son en su mayoría de segunda mano. Compramos alguno y me encanta pensar e imaginarme dónde han estado antes, alguno viene hasta con dedicatorias….. 




Otro de nuestros lugares preferidos es un pequeño callejón peatonal que se llama Library Walk, un rincón desde el que se ven dos de los colleges de la universidad y además la famosa Harkness Tower. Los colores del otoño que aún quedaban le sentaban de maravilla!!!



Caminando llegamos hasta otro rincón emblemático del campus, la Sterling Memorial Library y «nuestro» green preferido. Allí era donde quedábamos en varias ocasiones, donde solía ir a pintar, a leer o simplemente a tomar el sol como muchos otros. 


La calle Broadway con sus tiendas, su supermercado de olvidos, y las tiendas de productos de la universidad, una además es una librería de Barnes & Noble y me encantaba ir allí a ojear los libros…

También fuimos a visitar el gimnasio, allí también pasamos bastantes horas, qué maravilla de lugar, siete plantas de gimnasio con todo lo que uno se pueda imaginar….



Y había llegado uno de los momentos más esperados del día, íbamos a ver la que había sido nuestra casita por casi medio año, un apartamento en una típica casa americana de madera en el campus de la universidad, la verdad es que no pudimos estar mejor. 




Cuando nosotros nos marchamos de allí en septiembre de 2015, aún seguían las obras de los dos nuevos colleges. Hoy ya están en funcionamiento y la verdad es que les han quedado preciosos, en el mismo estilo que los anteriores y con todas las comodidades que uno pueda imaginar. 




Desde allí nos fuimos a pasear por otra zona que estaba muy cerca del edificio de ingeniería en el que estuvo trabajando Diego, una zona de residencia de profesores y gente de la universidad con cierto poder, una zona con casas preciosas!!!




Y para comer fuimos a un lugar que aún no habían inaugurado cuando nos fuimos, pero que sin embargo sí habíamos probado sus exquisitas crepes que vendían en su carrito!!! Crepes Choupette ya es toda una institución en New Haven.


Y de postre un rico Red Velvet Cupcake en Katalina’s Bakery!!!

Queríamos aprovechar hasta que hubiese luz para pasear y ya después irnos a la estación para volver a Nueva York, así que nos dejamos llevar un poco y volvimos a recorrer lugares que nos encantan.




Justo estaba empezando a llover, así que fue el momento de subir al autobús que nos llevó a la estación y coger el tren que nos llevó de vuelta a Nueva York, no se nos quitó la sonrisa de la cara en todo el trayecto, volver a New Haven, aunque sólo fue por un día, había sido una de las mejores cosas de este viaje. 


Llegamos a Central Station y aún seguía lloviendo, así que, como queríamos cenar una hamburguesa, nos quedamos en el local de Shake Shack que hay en la planta baja de la propia estación. Qué buenas están las  hamburguesas del Shake Shack!!!


Y desde allí, de nuevo al metro y al hotel a descansar. Desde luego que será un día que no vamos a olvidar, pero aún nos quedaban muchas cosas para disfrutar en Nueva York!!!











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