Hay películas que te marcan y que no te cansas de ver una y otra vez, me ha pasado con varias, y «El Pianista» de Roman Polanski, es una de ellas. No sé si es su historia, su banda sonora o una perfecta combinación de ambas lo que ha conseguido que sea una de mis preferidas. Seguro que muchos recordáis la excelente interpretación de Adrien Brody encarnando a Wladyslaw Szpilman, un músico polaco de origen judío.
Es una historia muy triste a la vez que muy bonita, cómo un ser humano es capaz de sobrevivir en esas condiciones, alejado de TODO, cómo se pueden llegar a acometer tales atrocidades con las personas por el simple hecho de tener otra condición…..
La historia transcurre en la ciudad de Varsovia, una ciudad que más tarde visitamos en nuestro viaje a Polonia y que está cargada de historia por todos los rincones, al igual que el resto del país.
El viaje a Polonia lo realizamos en el verano de 2010, nos apetecía un viaje por Europa en coche, que nos permitiera conocer algún país diferente, así que después de leer algunos diarios, ver la película nuevamente, y buscar un poco de información, nos decantamos por Polonia y fue todo un acierto.
En ese momento no conocíamos a muchas personas que hubiesen ido a Polonia (la verdad es que ahora tampoco conozco a muchos), pero sentíamos gran curiosidad por el país y pensamos que tenía mucho que ofrecer, y vaya si tenía!!!
No sólo visitamos las dos ciudades más conocidas, Varsovia y Cracovia, si no que hicimos un road trip por el país que nos descubrió lugares impresionantes que iré contando poco a poco, por si alguien se anima a realizar un viaje así. Ciudades de cuento, lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, monumentos históricos…… ¡Polonia te espera!
Visitamos uno de los símbolos del Holocausto, un lugar «raro», y digo raro porque no se puede decir otra cosa, o al menos es lo que yo siento. Es un lugar que tenía muchas ganas de visitar por su carga histórica, pero es un sitio que deja muy mal sabor de boca una vez que sabes in situ las barbaridades que allí tuvieron lugar. Aún así, yo sí recomiendo visitarlo y conocer un poco más de la historia y de por qué de la existencia de estos lugares llamados Campos de Concentración.
Nuestro recorrido fue circular, entrando y saliendo por la ciudad de Varsovia, y el resto del viaje lo hicimos, primero en un tren que nos llevó hasta la ciudad de Cracovia donde habíamos alquilado un coche que devolveríamos al final de nuestra ruta en el aeropuerto de Varsovia. Es la mejor forma de visitar el país, es verdad que también se puede hacer de otra manera, hay trenes y autobuses entre las principales ciudades, pero la libertad que te da viajar en coche es fundamental, sobre todo por no tener que restringirte a unos horarios.
En cada entrada iré contando los lugares que visitamos e intentaré dar toda la información que tenga de ellos, aunque hay que tener en cuenta que es una información de hace cinco años, con lo cual algunas cosas pueden haber cambiado, al igual que hemos cambiado nosotros, jejejeje, sobre todo en el tema de alojamientos y restaurantes.
La próxima entrada estará dedicada a la ciudad de Varsovia, una ciudad que supo resurgir como pocas de las cenizas a la que fue reducida durante la Segunda Guerra Mundial, hoy luce espectacular para deleite de todos y esperemos que para siempre.