Como ya había comentado en otra ocasión, el motivo principal del viaje a Suecia era unas reuniones de trabajo de Diego, y en esta etapa tocaba la parte laboral propiamente dicha.
Mientras Diego se reunía en la universidad de Växjo, me fui a hacer turismo por la ciudad, una ciudad que si bien no es muy monumental, tiene una iglesia catedral bastante interesante y unas calles principales, donde se concentran la mayor parte de las tiendas, por las que merece la pena pasear. En la plaza principal, delante de la catedral, había instalado un mercado de alimentos, así que dediqué un buen rato a pasearme por él y a observar cada uno de los puestos, reconozco que me encantan este tipo de mercados, además suelo comprar algo típico, bien para comerlo en el momento o para traerlo a casa después. Era septiembre y los puestos estaban llenos de productos «otoñales», frutos del bosque, calabazas….. lo que le daba aún mayor encanto.
La catedral de Växjo comenzó a construirse en la Edad Media, aunque en la actualidad tiene rasgos de diferentes estilos arquitectónicos, está construida en ladrillo de color rojizo, como muchas iglesias del país, su interior combina elementos modernos con otros más clásicos, pero si por algo es conocida es porque en el siglo XIX se encontró en uno de sus muros una piedra con inscripciones rúnicas conocida como «la piedra del vikingo Tyke»
En Växjo se encuentra el Museo Smalands, que exhibe una impresionante muestra de los 500 años de la industria del cristal en Suecia, merece la pena visitarlo por las obras que guarda en su interior, desde recipientes utilizados en la industria farmacéutica, hasta obras mucho más complejas realizadas también en cristal.
El museo se encuentra en una zona preciosa de la ciudad, rodeado de jardines, un gran lago, un antiguo molino de viento y otro de los museos más importantes de la ciudad, el Utvandrarnas Hus, una exposición sobre la emigración de más de un millón de suecos a América entre los años 1850 a 1930, una muestra de fotografías y objetos que dan buena cuenta de lo que dejaban y lo que encontraban las familias que se decidían a emigrar.
La segunda ciudad donde Diego debía reunirse por motivos laborales era Kalmar, para mí, una ciudad mucho más encantadora que la anterior.
Kalmar llegó a ser en otros tiempos la ciudad más poderosa de Escandinavia, muestra de ese poder queda patente en el monumento más importante de la ciudad, su castillo.
Además de la gran fortaleza, Kalmar tiene un centro histórico muy bonito con casas de madera y calles adoquinadas, en alguna de estas casitas hay preciosas tiendas de decoración nórdica en las que perderse un ratito, bien para comprar algo o simplemente, para disfrutarlas.
En el corazón de la ciudad se encuentra la Stortorget, la plaza principal, a la que llegan la mayoría de las calles y donde se alza dominante la catedral de Kalmar, un edificio de la segunda mitad del s. XVII construida en estilo barroco italiano. En su interior, ricamente decorado, destaca un espectacular púlpito.
Cuando Diego finaliza su tarea en la universidad, nos encontramos en esta plaza y paseamos juntos por alguna de las calles del centro histórico de la ciudad. Kalmar tiene el ambiente de una ciudad universitaria, gente por la calle, cafés con estudiantes…..Entramos en uno de los locales que dan a la plaza de la catedral, un coqueto café donde nos tomamos un té calentito y uno de los dulces típicos suecos, un bollito en forma de corazón que estaba para chuparse los dedos.
Para terminar con nuestra visita a Kalmar visitamos su impresionante castillo, uno de los más espectaculares de todo Suecia, con torres de cuento de hadas, puente levadizo, pasadizos secretos, vamos, un castillo medieval de los de verdad. Además desde su emplazamiento se obtienen unas vistas muy bonitas
Después de la visita al castillo, ponemos rumbo a nuestro siguiente destino, la cercana isla de Öland, donde tenemos nuestro alojamiento para ese día, un alojamiento que sin duda recordaremos toda la vida, pero eso será en la siguiente entrada!!!!
