«Si tienes la suerte de haber vivido en París cuando joven, luego París te acompañará vayas donde vayas, todo el resto de tu vida».
Ernest Hemingway
Hoy 14 de julio, día de fiesta nacional en Francia, me ha venido a la mente nuestra última visita a París, una ciudad que como Nueva York, no me cansaré nunca de visitar.
Fue en enero de este año, un viaje de cuatro días que disfrutamos muchísimo descubriendo un París diferente, el París de Amelie, una de nuestras películas preferidas, con una banda sonora que evoca esos paseos por la ciudad, visitamos algunos de los escenarios de la película, quizás los más famosos son el Cafe des Deux Moulins, la cafetería donde trabajaba Amelie y la frutería del señor Collignon.
Descubrimos el barrio de Montmartre, donde están varios de los escenarios de la película, la basílica Sacré-Coeur, así como una de las plazas más pintorescas de París, Place du Tertre, la que hace unos años fuera el lugar de encuentro de artistas bohemios, es hoy uno de los lugares más concurridos del barrio, llena de artistas y visitantes de todo tipo.
Me viene a la cabeza un lugar que estaba muy cerca de la plaza, no recuerdo su nombre, era antiguo, con música en directo, con una pared llena de anuncios y frases escritas en pedazos de papel, donde nos tomamos uno de los crepe más ricos de todo el viaje, mira que están buenos los crepes en Francia!!!! Sin duda los mejores los comimos en la Bretaña Francesa en el verano de 2013, contaré ese viaje en otro momento porque para mí es uno de los que forman la lista de los mejores viajes que hemos hecho hasta ahora.
En esta escapada a París, visitamos uno de los museos que más me ha gustado hasta el momento, el Museo d’ Orsay, y sí, nuevamente es porque en él se encuentra la mayor colección de pinturas impresionistas del mundo. Está situado en una vieja estación de tren, lo que le da a la vez un encanto especial. Es verdad el Louvre es mucho más famoso y conocido, pero puede llegar a agobiar si dispones de poco tiempo para verlo, la mayor parte de los turistas que entran en el Louvre, lo hacen motivados por encontrar el cuadro más famoso de Leonardo da Vinci, La Gioconda, que a mí, personalmente, me decepcionó bastante, expuesto bajo grandes medidas de seguridad y con doscientos japoneses delante haciéndose la foto…… El valor de las cosas es totalmente subjetivo.
No hay nada más romántico que pasear de noche por el Sena viendo los edificios iluminados y la Torre Eiffel al fondo.
A lot of kisses!!!!