Nuestra ruta por los Alpes Franceses

Cada vez que visitamos Francia volvemos enamorados de este país, y sí, aunque todavía alguien no lo crea, en época navideña hay Francia más allá de la Alsacia.
Para nuestra escapada navideña de este año queríamos visitar pueblos con encanto, ver paisajes de montaña y si podía ser también disfrutar de algún mercadillo de navidad, la combinación perfecta la encontramos en la zona de los Alpes Franceses que, aunque no tiene los mejores mercadillos de navidad sí que encontramos alguno donde quitarnos la espinita y bebernos uno de esos vinos calientes tan típicos de estas fechas. 



Para visitar esta zona nosotros volamos a Lyon, aunque esta vez no visitamos la ciudad conocida como la puerta de los Alpes y preferimos comenzar la ruta hacia las montañas.

Como en cada viaje de estas características, alquilamos un coche para tener más libertad, la verdad es que no imagino la ruta que hicimos nosotros dependiendo de transportes públicos.

Los alojamientos para cada noche los habíamos reservado desde casa, fueron cuidadosamente elegidos y tengo que decir que disfrutamos mucho de la estancia en cada uno de ellos.

Llegamos al aeropuerto de Lyon casi a media noche, por lo que recogimos nuestro coche de alquiler y nos fuimos a un hotel de esos básicos de aeropuerto con la idea de comenzar pronto nuestra ruta al día siguiente. Voy a hacer uno único post de esta escapada, así que aviso de que será un poquito largo (sorry), pero con muchas fotos para que podáis disfrutar también de estos lugares!!! Y ahora sí, esta es la ruta que nosotros elegimos:

Día 1

Desde el aeropuerto de Lyon nos fuimos a Perouges, un pueblo medieval en el que parece haberse detenido el tiempo. No sé si es que llegamos muy temprano o que ese día no quería visitarlo nadie más, pero no nos encontramos con nadie durante nuestro agradable paseo por sus empedradas calles. 

Hacía frío, la niebla aún no había desparecido del todo y formaba en las calles un ambiente muy especial, diría que le venía muy bien para resultar aún más encantador. 


No encontramos nada abierto, tan sólo la cafetería de un coqueto hotel donde pasamos a tomar algo para desayunar, todo lo que nos pusieron estaba riquísimo, eso sí el precio un poco elevado pero ya empezamos a hacernos una idea de que la zona barata no es, en fin, habíamos venido a disfrutar y para nosotros la gastronomía es una parte muyyy importante de ese disfrute ;).


Nos dirigimos hacia nuestro siguiente destino, Yvoire, otro pequeño pueblo medieval a orillas del Lago Leman y muy pegado a la frontera con Suiza. 
Aparcamos en un parking habilitado y cruzamos una de las puertas de la ciudad. 





Nada más atravesar esa puerta medieval, nos sorprendió lo encantador que era ese lugar, un pueblo medieval con un lago es de lo más romántico que puede haber en el mundo y allí estábamos. 


La soledad de sus calles escondía tiendecitas con luz cálida donde vendían objetos de decoración, cristales y joyas, imaginad trabajar en un lugar así.


Queríamos llegar con luz a nuestro último destino del día, así que pusimos rumbo a Chamonix-Mont Blanc donde pasaríamos las siguientes dos noches a los pies de la cumbre más alta de los Alpes. 
El hotel que elegimos fue el Chalet Hôtel le Prieuré Chamonix, a un paso del centro y con unas vistas increíbles a las montañas. Ver desde la cama en Mont Blanc es uno de esos momentos que guardas de los viajes. 


Para cenar elegimos un restaurante de la calle principal, Restaurante La Calèche, una Fondue Savoyarde exquisita que para hacer la digestión hubiésemos necesitado subir al mismísimo Mont Blanc varias veces…. Decidimos cambiarlo por un paseo bajo el frío que «bajaba» de las montañas antes de irnos a dormir. 


Día 2

La noche anterior habíamos dejado las cortinas de la habitación de forma que en cuanto abriésemos el ojo tendríamos el Mont Blanc ante nosotros, y así fue…. todo un espectáculo que daba frío incluso allí calentitos metidos bajo el edredón nórdico. Estuvimos un buen rato observando antes de pegar nuestras caras al cristal helado de la terraza para verlo aún mejor. 


Nos fuimos a desayunar al centro de la ciudad y caminamos hacia la estación desde donde sale el tren cremallera en dirección al Glaciar Mer de Glace, teníamos muchas ganas de ver de cerca un glaciar. 


Mer de Glace es el glaciar más largo de Francia, se llega a él en un idílico tren de color rojo tras un trayecto de unos 20 minutos en el que disfrutas de un bonito paisaje e incluso con suerte (como nos pasó a nosotros) puedes ver una familia de ciervos. La tarifa es de 33,50 € por persona ida y vuelta. 



Cuando llegamos frente al glaciar nos quedamos con la boca abierta!!! Una vez más la naturaleza había ganado la batalla y nos había conquistado…. Una vez que la mayoría de la gente se había hecho las fotos y corrió a refugiarse al restaurante, nos quedamos solos ante tal espectáculo y fue maravilloso escuchar el ruido que hace el glaciar en su lento avance. 




El resto del día lo pasamos en Chamonix, tomando cosas calentitas y paseando por sus animadas calles.



Para cenar elegimos el restaurante Le Fer a Cheval donde probamos la típica sopa de cebolla francesa. 


Día 3


Dejamos Chamonix y nos dirigimos a nuestro siguiente destino entre montañas y disfrutando de un paisaje idílico. 
Llegamos a Megève, conocido por su estación de esquí es un pueblo pequeño pero en el que se respira un ambiente sofisticado. De hecho en sus coquetas calles encontramos varias tiendas de lujo y hasta una sucursal de Ladurée, un Salón de té donde inventaron los deliciosos macarons rellenos. 




La siguiente parada fue en Conflans, otro de esos pueblecitos medievales donde parece haberse detenido el tiempo. Su plaza mayor es muy bonita y está rodeada de casas de colores pastel preciosas. No había mercadillo de navidad, ni tiendas abiertas, ni música, ni gente….. y si soy sincera, tampoco lo necesitamos en nuestro paseo por la ciudad.


Bajando de Conflans llegamos a Albertville donde paramos a comer. Albertville es famosa por albergar en 1992 las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de invierno.


Recordando nuestro viaje por la Bretaña, comimos en una Crepería dos crepes de trigo sarraceno con una botella de sidra.




Antes de marcharnos de Albertville dimos un paseo por su calle principal. 




Para aprovechar el poco tiempo de luz que nos quedaba del día, nos fuimos hasta Thônes, otro agradable pueblo de montaña. 
No había mucho ambiente navideño puesto que el mercadillo lo instalaban al siguiente fin de semana de nuestra visita, así que dimos un paseo, entramos en una tienda preciosa de decoración donde compramos un adorno para nuestro árbol y ya, con bastante frío y oscureciendo, nos fuimos hasta nuestro alojamiento para esa noche, un alojamiento de los de recordar. 





Día 4


Nos despertamos en nuestro alojamiento en los alrededores del Lago de Annecy, una casa típica de la zona, con buenas vistas y unos dueños que nos hicieron sentir como en casa, gracias por ese desayuno tan rico!!!
El alojamiento se llama Le Catarina y lo reservamos a través de booking, os dejo el enlace aquí. 








Nos fuimos a Annecy, un lugar que tenía apuntado en mi lista desde hace mucho tiempo y que por fin íbamos a conocer, pero antes paramos en la zona del lago, la fría mañana convirtió el paisaje en una auténtica postal. 




Un poco antes de llegar a Annecy, también paramos a ver el Castillo de Menthon-Saint Bernard, un precioso castillo medieval situado en un lugar privilegiado. 




Y por fin llegamos a Annecy!!! 
Dejamos el coche en un parking al lado del hotel, elegimos el Ibis Annecy Centre Vieille Ville por su buena ubicación y precio y la verdad es que fue todo un acierto, os dejo el enlace aquí


Enseguida estábamos en la calle para disfrutar de esta ciudad de cuento. Aquí sí que había instalado un gran mercadillo de navidad y allí que nos fuimos a probar alguna de sus especialidades, cómo nos gustan estos mercadillos!!! Quizás más adelante escriba un post sólo de esta ciudad porque bien lo merece, por ahora os dejo con unas fotos de alguno de los rincones que más nos gustaron. 




Día 5

Madrugamos y aprovechamos para dar un paseo por Anncey cuando aún las calles están prácticamente vacías. Volvemos al hotel a por nuestras cosas y ponemos rumbo a nuestro siguiente destino. 


Hicimos una breve parada en el pueblo de Aix les Bains y dimos un paseo por el centro. Es una localidad termal por lo que recibe cada año un gran número de visitantes interesados en probar sus famosas aguas, no era nuestro caso, por lo que decidimos continuar con la ruta,  la lluvia había decidido acompañarnos en el día de hoy y las previsiones no pintaban nada bien. 





De camino a la siguiente ciudad, paramos en el que sería nuestro alojamiento para esta última noche, un pequeño capricho en forma de castillo… y sí, es que en Francia es bastante frecuente encontrar castillos que ofrecen alojamiento y nosotros no queríamos perdernos esta experiencia. 
Nosotros elegimos el Château de Candie por la cercanía a los lugares que íbamos a visitar, es un castillo del siglo XIV que cuenta con varias habitaciones, restaurantes y un entorno precioso. 




El resto del día lo pasamos en la ciudad de Chambery bajo una lluvia incesante que deslució un poco la visita, aún así nos gustó. Chambery es una ciudad muy cómoda para visitar, tan sólo hay que seguir la ruta de los elefantes (en el suelo vas encontrando elefantitos dorados que te guían ). Es una ciudad con un centro histórico muy bonito, un entramado de calles, patios y plazas que nos sorprendieron a pesar de que la lluvia no dio mucha tregua. 

Día 6


Era nuestro último día de la escapada por esta región de los Alpes Franceses y, antes de poner rumbo al aeropuerto de Lyon para volver a casa, íbamos a visitar la conocida capital de los Alpes, Grenoble


Una de las atracciones de esta ciudad es su funicular  «Les Bulles», unas burbujas de cristal que te suben hasta La Bastilla, una fortaleza medieval situada en la cima del macizo de Chartreuse y desde la que se tienen unas vistas increíbles de toda la ciudad. Aunque a mí me gustaron mucho más las vistas desde las cabinas esféricas del funicular!!!






El resto del tiempo que pasamos en la ciudad lo dedicamos a pasear, a visitar sus mercadillos de navidad, probar alguna de sus especialidades …..
No habíamos preparado la visita porque no sabíamos qué haríamos este último día de la escapada, así que paseamos sin rumbo por la ciudad, sin buscar ningún lugar en concreto y sorprendiéndonos con lo que encontrábamos a nuestro paso. Tengo que decir que así también se disfrutan mucho los lugares, sin preparación, sin haber visto mil fotos antes…. 


Esta zona de Francia nos ha encantado, sus pueblecitos, sus increíbles paisajes de montaña y su gastronomía, esas pastelerías que deberían llamarse joyerías, en fin, creo que todo lo de comer en Francia merecería un capítulo a parte que quizás algún día me anime a escribir, lo que sí escribiré casi con seguridad es otro post de esta ruta dedicado a la ciudad de Annecy de la que he vuelto enamorada. 

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4 comentarios en «Nuestra ruta por los Alpes Franceses»

    • Muchísimas gracias por tu comentario, es una ruta muy bonita, te lo recomiendo totalmente, eso sí, evita la temporada alta de esquí porque los precios en esa época son más caros y ya de por sí no es una zona barata precisamente.

      Responder
  1. Que bonita zona. Me ha sorprendido mucho!
    Y me ha sabido a poco el post. Espero que te animes a escribir más sobre Annency, yo también lo tengo apuntado en mi lista de pendientes desde hace mucho!

    Responder
    • Muchísimas gracias!!! Tengo pendiente escribir más sobre esta zona, claro que sí!!! Annecy es un pueblo precioso que te recomiendo visitar, es como estar en el decorado de un cuento!!!

      Responder

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