Habíamos observado en diferentes terrazas que la gente se tomaba unas copas enormes de diferentes sabores que tenían muy buena pinta, así que nosotros también queríamos una de esas!!! Y vaya si nos la tomamos, menos mal que no tenían mucho alcohol porque no quiero imaginar cómo hubiese terminado, jejeje, Diego pidió una piña colada y yo un daiquiri de fresa y ambos estaban muy buenos y refrescantes, ahora eso sí, terminamos hinchadísimos.
La verdad es que después de esto no nos quedaban muchas fuerzas, así que poco a poco nos fuimos retirando a nuestro hotel a descansar, al final el día nos había dado mucho de sí!!! Aún nos quedaba una mañana más en Miami antes de volver a casa, al día siguiente queríamos disfrutar del estilo art decó tan famoso en South Beach, pero eso será en el siguiente relato.