Día 17. Koyasan, la experiencia de dormir en un shukubo

Reconozco que cuando empezamos con la preparación de nuestro viaje por Japón, no entraba entre nuestro planes visitar este lugar, pero un día, leyendo información me encontré con un artículo de alojamientos en Japón en el que hablaban de la experiencia de dormir en un Shukubo, fue entonces cuando reorganizamos un poco nuestro viaje para disfrutar de esa experiencia nosotros también, dormir una noche en un templo no es algo que se haga todos los días, además Koyasan es un lugar único cargado de espiritualidad. 



Tras una breve búsqueda encontramos disponibilidad en el Yochi-in, (ver post alojamientos aquí)  

¿Cómo llegar hasta Koyasan?

Nosotros estábamos en Nara, era el día que más complicado teníamos el tema de los desplazamientos hasta llegar a nuestro destino, pero todo salió a la perfección. 
Recomiendo no ir con grandes maletas, una mochila con lo necesario para un día es la mejor opción, el resto de equipaje se puede mandar al siguiente destino sin problemas, es lo que nosotros hicimos. 

Desde la estación de Nara fuimos, utilizando nuestro Japan Rail, hasta Shin-Imamiya, allí compramos los Koyasan World Heritage Ticket, por 2850 yenes cada uno. Este ticket incluye el tren hasta la estación de Gokurakubashi, donde hay que coger un cablecar hasta la estación de Koyasan, también incluye viajes ilimitados en bus por el Monte Koyasan y algunos descuentos en tiendas y restaurantes. (Está todo muy bien indicado en un folleto que te dan con la compra del ticket)

Una vez que llegamos a la estación de Gokurakubshi, el resto fue muy fácil, nos montamos en el cablecar que nos subió hasta la estación de Koyasan



Desde la estación de Koyasan hay que coger un autobús, está prohibido caminar entre la estación y el pueblo, así que no queda otra.
Nos bajamos en la parada que se encontraba más cerca de nuestro alojamiento y lo primero que hicimos fue ir al templo donde pasaríamos la noche. 
Nada más atravesar la puerta de madera de la entrada, ya supimos que estábamos en un lugar especial
Nos recibió un monje joven que nos acompañó hasta la que sería nuestra habitación, una habitación muy grande de estilo japonés, con tatami y una pequeña terraza que daba a un patio muy tranquilo. 




El monje nos hizo un pequeño tour enseñando parte de las instalaciones del templo, los onsen, los baños, etc.  A las 17.30 horas se servía la cena, así que no perdimos más tiempo y nos fuimos a ver algunas de las cosas de mayor interés de Koyasan. Evidentemente no queríamos verlo todo, también queríamos tomárnoslo como un día de relax, sin agobios de visitas. 

Visitamos el templo Kongobu-ji, donde pagamos 500 yenes por la entrada con servicio de té incluido. Se trata del templo principal del budismo shingon, sde de la escuela de esta disciplina y la residencia del abad de Koyasan. 

En este templo se puede admirar el jardín de rocas Banryutei el más grande de este tipo en Japón. 
En este templo se pueden ver paneles pintados por el artista Kano Tanyu en el siglo XVI. 

En uno de los salones del templo disfrutamos de un té con una galleta típica, allí estuvimos sentados un buen rato descansando. 




Después de ver el Kongobu-ji, nos vamos a nuestro shukubo para prepararnos para la cena. Nos ponemos nuestras yukatas y a las 17,30 nos reunimos con el resto de huéspedes en la sala donde sirven las comidas. 
Cada uno tiene su sitio asignado, son mesas bajas, típicas japonesas. 
La cena que sirven es de cocina shojin-ryori, la típica cocina vegetariana de l monte Koyasan que suelen preparar en los shukubo. Es una comida vegetariana bastante elaborada y en general muy rica, a nosotros nos gustó mucho!!!




Después de cenar nos quedamos un buen rato sentados en el patio del templo antes de irnos a dar una vuelta al atardecer. En nuestro templo no había problema para salir después de cenar, aunque es verdad que después de la puesta de sol, poco se puede hacer por allí, a parte de pasear….
Avanzamos por la calle principal hasta llegar a la Puerta Daimon, una gran puerta de madera de 25 metros de altura que ha sido desde siempre la entrada tradicional al monte Koya. 



Tuvimos la suerte de disfrutar desde allí de un precioso atardecer. 

También nos acercamos hasta otro de los lugares más famosos del Monte Koya, el complejo Danjo Garan para admirar la gran Pagoda Konpon Daito iluminada. 


Volvimos dando un agradable paseo, y nos fuimos al onsen de nuestro templo, cada uno al suyo ya que estaban separados por sexos. Fue un momento de relajación total, a pesar de que el agua en estos baños suele estar muy, muy caliente, pero una vez que el cuerpo se acostumbra, ya sólo queda disfrutarlo. Tras un agradable rato de charla con dos chicas de Barcelona que también se alojaban allí, nos fuimos a dormir ya que a la mañana siguiente nos esperaba un buen madrugón. 

Una de las experiencias que puedes vivir si te alojas en un templo,  es participar en la ceremonia Otsutome, una ceremonia de rezo budista que se celebra antes del desayuno. En nuestro shukubo era a las 6.30 de la mañana, y allí teníamos que estar unos minutos antes ya vestidos y preparados, así que nos levantamos a las 5.50 de la mañana. 

La ceremonia fue muy emocionante, no éramos un grupo muy numeroso y pudimos participar de ella. Resulta bastante interesante escuchar a los monjes cómo recitan sutras!!



Después de la ceremonia pasamos al salón donde sirven las comidas para desayunar. El desayuno es sencillo, arroz, té y algunos vegetales. 



Tras el desayuno volvemos a la habitación a recoger nuestras cosas y a hacer el checkout, aunque dejamos nuestras mochilas en el templo porque aún queremos visitar algunas cosas en Koyasan. 

Nos vamos a visitar parte del principal complejo de templos del Monte Koya, el Danjo Garan, el lugar donde fue instaurado en el año 816 el budismo Shingon. El complejo es bastante grande y cuenta con diferentes templos y pagodas. 
Se entra por una gran puerta de madera, Chumon Gate, restaurada en el año 2014 con motivo del 1200 aniversario de Koyasan. 


De entre todos los edificios del complejo, hay uno que destaca notablemente, se trata de la Gran Pagoda Konpon Daito, de una sola planta y de un intenso color bermellón, una de las imágenes más famosas de este complejo. 



Nos vamos caminando hasta uno de los lugares de mayor interés de Koyasan, el cementerio Okunoin, uno de los lugares más espirituales de Japón y donde todo japonés desearía ser enterrado. 

Antes de llegar al cementerio pasamos a un pequeño templo que nos encontramos en el camino. 

También vamos obervando otros templos en los que también ofrecen alojamiento, quizás algún día volvamos a Koyasan y nos alojaremos de nuevo en un shukubo. 


Ya en el Okunoin, comenzamos el paseo entre los cedros milenarios.  La visita al cementerio es gratuita. 
Hasta el mausoleo de Kobo-Daishi, el monje Kukai,  hay aproximadamente unos dos kilómetros a lo largo de los cuales se pueden ver miles de estupas, estatuas jizos, todo el conjunto en un ambiente muy especial. Sólo las familias pudientes pueden ser enterrados allí.

Derramar agua sobre las estatuas es un símbolo de homenaje a los muertos. También se les hacen ofrendas de comida como arroz, vegetales, etc. 

En la Sala Torodo se encuentran las lámparas que según cuentan llevan encendidas más de mil años seguidos. Tras la sala de las lámparas se encuentra el mausoleo de Kobo-Daishi, el lugar más sagrado del recinto, donde está totalmente prohibido hacer fotos. 


Salimos del cementerio y cogemos el autobús de vuelta, nos quedamos en una parada por el centro del pueblo ya que queremos pasar unas horas más allí, dejaríamos Koyasan después de comer. 
Damos un paseo por su calle principal llena de restaurantes y tiendas en las que se pueden adquirir cosas típicas, así que aprovechamos para comprarnos algún recuerdo. 

Nos encontramos con una exposición muy chula de monumentos del mundo declarados Patrimonio de la Humanidad, hechos con piezas de lego y pasamos a verlo por 300 yenes. 

Comemos en el restaurante Maruman en la calle principal, un plato de arroz al curry con cerdo y un plato de sushi de salmón. 


Volvemos al templo Yochi-in a por nuestras mochilas para poner rumbo a nuestro siguiente destino, Osaka!!! En el siguiente post nuestra visita a una de las ciudades más modernas de Japón y donde pasamos nuestra última noche de nuestra ruta. 






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2 comentarios en «Día 17. Koyasan, la experiencia de dormir en un shukubo»

    • Tienes que ir!!! Seguro que te encantará, nosotros modificamos un poco la ruta para ir a Koyasan y me alegro muchísimo de haberlo planificado así. Dormir en el templo fue una experiencia increíble!!! Japón engancha, me encantaría volver enseguida!!!

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