En esta gran puerta se encuentran dos dioses Kongo y Rikishi, ambos con caras de muy pocos amigos la verdad.
Desde los jardines hay unas vistas muy bonitas de todo el entorno del templo, edificaciones y de su pagoda.
El templo puede visitarse de 9 a 17 horas y su precio son 500 yenes.
Hay que reconocer que invertimos una buena suma en la entrada a los templos, pero merece totalmente la pena por poder disfrutar de un entorno así.
A la salida del templo, justo enfrente, cogimos el autobús 10 hasta la parada de Yamagoe Nakacho, desde donde iríamos hasta nuestra siguiente visita.
Nos íbamos a pasar la tarde a otro de los lugares famosos de Kioto, Arashiyama.
Hasta Arashiyama se puede llegar de diferentes maneras, la mayoría de la gente utiliza el tren para llegar hasta allí desde la estación de Kioto hasta la estación Saga-Arashiyama. Pero nosotros, lo hicimos de otra manera. Desde la parada de Yamagoe Nakacho, cogimos el autobús 11 que nos llevó, tras unas cuantas paradas hasta Arashiyama. Este trayecto también estaba incluido en el pase diario de bus que teníamos.
Nos bajamos en la parada que está junto al puente Togetsukyo que significa «puente que cruza la luna«, uno de los símbolos de esta zona.
Antes de continuar, aprovechamos para comer algo en alguno de los restaurantes que encontramos en esta zona, concretamente en un italiano que nos gustó, a Diego le apeteció pizza y fue un buen lugar para comerla.
Entramos al templo Tenryu-ji, el más famoso de Arashiyama y uno de los cinco templos budistas más importantes de Kioto.
La visita al templo puede realizarse de 8.30 a 17.30 horas y la entrada individual son 600 yenes.
Este templo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y posee unos preciosos jardines, por lo que es un reclamo para muchos visitantes, eso y que se encuentra justo al lado de otra de las atracciones de esta zona, su bosque de bambú.
Recorremos parte de sus edificios caminando descalzos por sus suelos de tatami y disfrutando de la bonita decoración de sus paredes y puertas.
Pero si por algo destaca este templo, es sin duda por sus impresionantes jardines, un lugar muy concurrido en las épocas de la floración del cerezo y en el otoño, épocas que imagino deben ser un espectáculo en ese lugar.
Caminando por los jardines llegamos hasta la entrada del gran Bambusal de Arashiyama, el gran bosque de bambú que atrae a miles de turistas hasta aquí. Es sorprendente la altura de los troncos de bambú, de repente es como entrar en un lugar mágico que sólo se ve perturbado por la cantidad de gente que hay visitándolo, lo que hace una tarea bastante complicada el poder disfrutarlo bien y mucho más, poder hacer una foto en solitario, pero nosotros lo disfrutamos a nuestra manera. El calor que hacía ese día en Kioto también le restaba un poco de encanto al lugar, pero aún así, el bosque de bambú es un lugar de visita imprescindible si estás en la ciudad.
Mientras paseas por los senderos rodeados de bambú, la luz cambia, se vuelve de una tonalidad verde preciosa.
Los troncos de bambú, al mecerse con la brisa, producen un ruido que ha sido declarado por el gobierno japonés como uno de los 100 sonidos a preservar en Japón.
Estábamos agotados y decidimos que no íbamos a visitar nada más por ese día, preferíamos ir al hotel a descansar y después salir a cenar por los alrededores de la estación. Al fin y al cabo habíamos visto las cosas más importantes que teníamos pensadas para ese día y también es muy importante recuperarse y descansar para poder continuar con un buen ritmo el resto del viaje.
Volvimos tranquilamente caminando hasta la estación JR Saga-Arashiyama y desde allí cogimos un tren (válido con nuestro JR) hasta la estación de Kioto.
Nos dimos una ducha y dormimos una siesta maravillosa, nos recuperamos totalmente para salir a cenar en uno de los muchos restaurantes que se encuentran en los alrededores de la estación.
Entramos en un pequeño local donde era especialidad la ternera de wagyu fileteada estilo Kioto. El plato estaba buenísimo y consistía en una pieza de carne de ternera empanada y fileteada (Beef cutlet), servida con arroz y otras guarniciones.
Cenamos de maravilla por 1800 yenes.
Tras la cena nos fuimos dando un paseo hasta el hotel. Había sido un día muy aprovechado y tocaba volver a descansar y preparar las visitas del día siguiente, aún nos quedaban muchas cosas interesantes que hacer en Kioto.
2 comentarios en «Día 12. Kioto. De Kinkaku-ji a Arashiyama»
Un día bien aprovechado! Lástima de la fatiga, pero es que el calor del verano…
Para ver Arashiyama casi sin gente ahora mismi casi hay que acampar allí xD
Un saludo
Lo disfrutamos muchísimo, pero después de ver el bosque de bambú, el calor nos pasó factura y pensamos que lo mejor era ir a descansar, nos vino de maravilla!!! Un saludo Verónica!!