Auschwitz, donde habitó el horror

Desde siempre había tenido claro que, cuando visitase Polonia, quería ir al campo de concentración de Auschwitz, siempre me ha interesado bastante el tema relacionado con la Segunda Guerra Mundial, había leído bastante sobre este lugar, incluso algún relato de testimonios reales y, la verdad, quería pasearme por allí para ver de primera mano el lugar en el que durante unos años se cometieron tantas injusticias, el lugar donde por un tiempo habitó el horror. 
El que vaya buscando monumentalidad en este lugar, mejor que no vaya, hay quién piensa que es desagradable visitarlo, que no debería estar abierto al público, yo pienso todo lo contrario, hoy en día es lugar para visitar, para saber y conocer más sobre ese momento de la historia, pero sobre todo para ver con tus propios ojos cómo vivieron PERSONAS  durante un largo período de su vida, alguna ni siquiera salió de allí y murió en unas condiciones horribles. 
Es un lugar «raro», una visita diferente en la que no disfrutas de la belleza que tienes enfrente como puede pasar con una iglesia, una plaza de mercado o cualquier otro monumento, pero lo que puedo asegurar es que no deja indiferente a nadie, provoca algo en tu cuerpo difícil de explicar y sobre todo, al menos en mi caso, una pregunta constante: ¿POR QUÉ?

Llegamos temprano desde Cracovia ya en nuestro coche de alquiler. El Campo de concentración de Auschwitz-Bikernau se encuentra a unos 70 kilómetros de esta ciudad, nosotros decidimos visitar el Campo el día que ya abandonábamos Cracovia en dirección oeste. 
La visita es guiada, recomiendo las audioguías, ya que aunque pienses que tienes mucha información sobre este lugar, lo que te cuentan es muy interesante, sonidos y detalles que no olvidarás. 
La información sobre cómo llegar, los horarios y la planificación de la visita lo podéis encontrar aquí.
El Campo de concentración de Auschwitz-Bikernau, se ha convertido en el símbolo del Holocausto nazi, fue construido por los alemanes en las afueras de la localidad de Oswiecim  en 1940, para trasladar hasta allí al gran número de polacos arrestados por la policía alemana que se estaban hacinando en las cárceles. 
Auschwitz debía haber sido otro campo de concentración más de los muchos que habían construido los nazis desde los años 30, pero a partir de 1942 se convirtió en el lugar de exterminio más horrible que podamos imaginar. 
Tras pasar debajo del arco con la inscripción «Arbeit Macht Frei», «El trabajo hace libres», nos encontramos con las decenas de barracones que albergaron a las miles de personas que allí vivieron en condiciones infrahumanas y que fueron posteriormente exterminadas a partir de 1942. Entre esas personas, se encontraba un gran número de judíos trasladados desde diferentes lugares de Europa.

En el barracón número 10, el doctor Menguele y su equipo, llevaron a cabo todo tipo de atrocidades y experimentos con los cuerpos de los prisioneros. Las ventanas de este barracón estaban tapadas para que nadie desde el exterior pudiese ver lo que se realizaba en el interior, aunque en todo el campo se sabía.

Entre los barracones 10 y 11 hay un patio donde todavía permanecen los postes donde ataban y azotaban a los prisioneros, así como el muro de la Muerte donde eran fusilados. Las ventanas cercanas se tapiaban para que el resto de prisioneros no observara las ejecuciones.

Todo el recinto que rodea el campo está rodeado de alambradas electrificadas por las cuales era imposible escapar del horror. Si alguien lo intentaba, era disparado desde una de las garitas de vigilancia, por lo que el que aún se complicaba mucho más la huída.

Se conservan algunos instrumentos que tenían que usar los prisioneros en sus trabajos, incluso la horca donde eran ahorcados por decisión de alguno de los dirigentes del campo.

Incluso se puede entrar en una sala donde se encuentran alguno de los hornos crematorios que allí utilizaron.

El horror y la tristeza que se siente cuando recorres este campo, se multiplica cuando te trasladas al campo Birkenau o Auschwitz II, a poca distancia del primero.
El campo de Birkenau se creó con el propósito de ser un campo de exterminio para eliminar al mayor número de personas posible.
Impresiona la extensión del lugar, pero sobre todo impresiona cómo lo tenían todo planeado para matar de una manera «industrial». Los prisioneros llegaban en un tren hacinados en vagones, bajaban a la plataforma y directamente, muchas veces sin «selección», eran trasladados a las cámaras de gas y posteriormente a los hornos crematorios, los cuales funcionaban día y noche para intentar no dejar rastro del horror que estaban cometiendo. El olor pronto alertó al resto de prisioneros de  lo que estaba sucediendo allí, debió de ser algo terrible darse cuenta del triste final.

Entramos a un barracón que aún permanece en pie como testigo de la barbarie, en su interior puede verse un conjunto de literas de madera donde dormían los prisioneros, casi sin espacio, sobre tablas sucias….. Unos agujeros a modo de letrinas servían para que hiciesen sus necesidades, sólo imaginar el olor que tenían que soportar hace que quieras salir de allí.

Antes de huir, los alemanes bombardearon las cámaras de gas y los hornos crematorios para intentar borrar las huellas de los horrores que allí habían acontecido. Hoy pueden verse las ruinas de esos lugares planeados únicamente para matar personas.

En Bikernau existe un monumento donde miles de personas de todo el mundo y condición, acuden a rendir un sentido homenaje a las víctimas que allí perecieron. Emociona ver a judíos acercarse hasta el monumento y depositar una pequeña piedra sobre él, algo muy típico en la tradición judía que tiene varias explicaciones, algunas hablan de que se hace para honrar al que allí yace dejando una piedra en señal de que el visitante estuvo allí, también hay quien dice que es un signo de eternidad… , en fin, sea cual sea el significado, es una manera de honrar a los seres queridos.

Con una sensación triste nos dirigimos hacia la salida, es hora de coger de nuevo nuestro coche y continuar con nuestra ruta.

En la próxima entrada hablaré de una ciudad preciosa, con una historia muy interesante y que nos sorprendió gratamente!!

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2 comentarios en «Auschwitz, donde habitó el horror»

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