En esta estancia en Estados Unidos y aprovechando que New Haven es una ciudad conocida por la gran cantidad de restaurantes que tiene, estamos descubriendo gastronomía de gran parte del mundo sin tener que desplazarnos mucho. En general tanto a Diego como a mí, nos gusta probar diferentes platos, sólo con una objeción, que no sean especialmente picantes.
Cuando llegamos al apartamento, Hal, el que nos lo ha alquilado a nosotros, nos hizo algunas recomendaciones de lugares para ir a cenar en la ciudad, algún japonés, mexicano, Shake Shack para comer hamburguesas, pero uno lo destacó por encima de todos indicando que era su preferido, se trata del Tikkaway, un restaurante indio, y hoy por fin hemos decidido ir a cenar allí. El local no es muy grande, y según nos explicaba el dueño, viendo que no teníamos mucha idea de como funcionaba el sistema, lo importante en este tipo de restaurantes de comida internacional es que tú veas la comida que te vas a comer, hay vitrinas donde están los ingredientes que tú mismo eliges para elaborar tu plato. Ya en otra ocasión fuimos a otro indio de la ciudad y le damos toda la razón, la carta era tan extensa y tan desconocida para nosotros que no teníamos ni idea de lo que queríamos, así que optamos por el método infalible, te fijas en las mesas que tienes alrededor y le indicas al camarero que quieres «uno como ese», nunca falla. Pero hoy ha sido mucho más fácil, después de una clara explicación de los ingredientes y de probar alguna de las salsas que puedes añadir a tu plato, sólo nos hemos atrevido a probar las que no eran picantes, nos hemos decidido, Diego por un plato de arroz con pollo, verduras y salsa Masala y yo por un plato de arroz con cordero y ternera ,verduras y también salsa Masala, que es una de las más típicas y a mi parecer más ricas, con el punto justo de picante para que puedas disfrutar de tu cena.
No sé cómo en la India, o aquí en este país, aguantarán las salsas que ellos denominan verdaderamente picantes, será cuestión de acostumbrar el paladar, porque según nos contaba Iván, el compañero de Diego que estuvo viviendo tres años en Denver, Colorado, cuando él llegó casi no toleraba el picante, y poco a poco se fue acostumbrando a ello, hasta que empezó a gustarle. Aquí en Estados Unidos son también bastante amigos de las salsas picantes, todavía recuerdo el día que fuimos con mi hermana y con mi amiga Gloria a cenar al Buffalo Wild Wings durante su visita, pedimos una ración de alitas y se nos saltaron las lágrimas nada más ponerlas sobre la mesa!!!! Menos mal que nos las cambiaron porque no había quien se arrimase una a la boca.
Los platos del Tikkaway nos han encantado y sin duda volveremos antes de marcharnos. En una de las paredes del local, tienen pegados muchísimos pos-it con opiniones de la gente que pasa por allí, alguno era realmente gracioso aludiendo a la digestión que tendría esa noche….. (En el plato puedes añadir garbanzos como guarnición). Nosotros también hemos dejado nuestro mensaje.