Riquewihr
Todavía con el buen sabor de boca que nos ha dejado el encantador
Kaysersberg, partimos hacia uno de los pueblos más conocidos de esta zona, Riquewihr, quizás se trate del más turístico de los que hemos visitado en esta ruta, o al menos en el que encontramos mayor número de personas por sus calles, lo cual le resta un poco de encanto, pero ojo, no digo que no sea realmente encantador, que lo es y mucho, sólo que al estar sus calles tan llenas de gente no permite disfrutarlo como a nosotros nos gusta.
Entramos al recinto amurallado a través del arco del Ayuntamiento, la puerta sur del recinto. El edificio del Ayuntamiento nada tiene que ver con lo que encontramos tras atravesar el pórtico, es un edificio neoclásico construido en piedra arenisca.
En cuanto atraviesas el arco te encuentras con la calle principal de Riquewihr, la Rue del General de Gaulle, en la que puedes encontrar una gran representación de casas típicas alsacianas de los siglos XV y XVI, con preciosos colores en sus fachadas de entramado de madera.
En esta calle es famosa la Maison Zimmer, la que aparece en la imagen de abajo en un color azul añil precioso que destaca sobre las vigas de madera que conforman la fachada. Fue construida en el siglo XVI por un enólogo procedente de la ciudad de Colmar, hoy en día es un restaurante donde se pueden degustar típicos platos alsacianos.
Al final de una de las callejuelas que salen de la calle principal, puede verse la torre de la iglesia de Santa Margarita, la iglesia protestante de la localidad.
Frente a la iglesia hay un monumento en memoria de todos los niños muertos durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. En este monumento de arenisca roja, están escritos los niños de esta localidad que perecieron en alguna de estas guerras.
Todas las casas que se encuentran en la calle principal están adornadas de navidad, la verdad es que no sabes muy bien hacia donde mirar para intentar no perderte nada, es todo taaaannnn bonito!!!
En la Rue del General de Gaulle se concentra el máyor número de tiendas de Riquewihr, alguna de las cuales merece la pena entrar para ver lo que tienen en su interior, objetos de decoración sobre todo, pero también productos típicos alsacianos que puedes degustar.
Una de las cosas que probamos en los mercadillos que íbamos viendo (el primero fue en Colmar) y que nos encantó, fue el Pain d’ Épices (Pan de Especias), un producto muy típico en esta época del año en la región de la Alsacia y también en la vecina Alemania y en Bélgica. Se elabora con harina de centeno, especias de varios tipos como canela, jenjibre, clavo, cardamomo, se suele endulzar con azúcar moreno y miel y se le puede añadir fruta seca, pepitas de chocolate y otros ingredientes. El natural se suele comer para acompañar quesos y patés y está buenísimo, los que llevan fruta o pepitas de chocolate se suelen comer solos, en desayunos y meriendas y resultan igualmente exquisitos, nosotros probamos ambos y compramos unos pequeños para comer en casa después, aún estamos disfrutando de su sabor…..
Entramos a una tienda de quesos, había que bajar unas escaleras y la quesería se encontraba en los bajos de una típica casa alsaciana. Allí había expuestos muchísimos quesos enormes y todos con una pinta excelente. El encargado nos dio a probar alguno diferente, pero no pudimos comprar porque no tenía la posibilidad de envasar al vacío.
Después de probar algunos trocitos de queso, se nos había abierto el apetito, así que decidimos entrar a una crepería que nos había gustado, a comernos unas exquisitas crepes acompañadas de unos tazones de sidra.
Avanzando por la calle principal se llega hasta la Torre Dolder, una torre de 25 metros que forma parte de la antigua muralla de la ciudad que se realizó durante el siglo XIII. La torre tiene dos caras, la que da a la calle principal está adornada de la misma manera que el resto de las casas y la cara que da hacia fuera de la muralla, ofrece una imagen mucho más seria. Posee un campanario que antiguamente era utilizado para marcar los ritmos de la población.
Al lado del Dolder se encuentra la Fuente Sinne, construida en 1560, la cual se utilizaba antaño para el lavado de las barricas de vino.
Junto a esta fuente y bajo el Dolder de Riquewihr se abre uno de los espacios más pintorescos de la ciudad.
Ahí también se encuentra una de las tiendas de navidad más famosas y encantadoras del mundo mundial, la Käthe Wohlfahrt, un lugar donde poder disfrutar de la navidad durante todo el año. La primera vez que descubrimos esta tienda fue en el pueblecito alemán Rothenburg ob der Tauber (algún día hablaré de él por aquí porque también es un lugar especial), y en ese momento nos cautivó. La tienda de Riquewihr es enorme, con varias salas y varias plantas cada una dedicada a un tipo de decoración diferente, tuve que dar una segunda vuelta al recorrido para centrarme en lo que me iba a llevar de allí porque, creerme que era imposible elegir una sola cosa.
Al salir de la tienda, fuimos por una callejuela secundaria pero también muy bonita y, sobre todo, menos transitada. Era la zona de la antigua judería, donde antiguamente se dedicaban a la elaboración del vino.
Al principio de la calle también hay algún pequeño comercio con detalles preciosos.
Poco a poco las luces de las casas se van encendiendo, ya ha empezada a anochecer y nosotros tenemos que continuar con nuestra ruta y llegar a Ribeauvillé donde tenemos nuestro alojamiento para esa noche.
Ribeauvillé
Llegamos ya de noche a esta localidad que tan solo dista 5km de la anterior. Lo primero que hicimos fue buscar nuestro alojamiento para esa noche, la
Gîte Meyer Liss, situada en el número 17 de Rue des Juifs, una casa con arquitectura típica alsaciana en la que sus dueños, un matrimonio encantador, alquilan algunas habitaciones. La nuestra era muy acogedora y el desayuno que nos preparó a la mañana siguiente, suficiente para empezar bien el día.
Antes de cenar dimos un agradable paseo nocturno por sus calles para hacernos una idea de lo que nos esperaba al día siguiente.
Para cenar elegimos un lugar que recomiendo totalmente, S’Garwer Stub, una típica taberna de cocina tradicional situada en la Place de la 1ère Armée, junto a la Grand Rue. Cuando llegamos estaba lleno, pero sólo tuvimos que esperar unos minutos hasta que nos sentaron.
En cuanto nos sentamos nos fijamos en los platos que tenían los comensales de la mesa de al lado y no nos lo pensamos mucho más, nos encantó la pinta que tenía!!! Así que compartimos una fuente de patatas con queso munster gratinado (un plato típico alsaciano) y un codillo con choucroute al más puro estilo alemán que estaba para chuparse los dedos, todo acompañado por unas cervezas del lugar.
Después de cenar nos retiramos a dormir a nuestra encantadora casita, al día siguiente teníamos que ver Ribeauvillé que, por lo poco que habíamos visto esta noche, nos iba a encantar.
Nos despertamos temprano, como viene siendo habitual en nuestros viajes, para aprovechar bien el día. La ventana de nuestra habitación también estaba adornada de navidad!!!!
Bajamos a desayunar a la cocina comedor de la casa y la dueña había preparado un rico desayuno típico francés, con café, croissant, diferentes mermeladas y pan recién hecho.
Dejamos nuestras maletas en el coche y nos fuimos a recorrer el pueblo, había caído una helada tremenda y el coche estaba blanco de hielo.
Aquí dejo una foto de la Gîte Myer Liss para que veáis que es un lugar muy bonito donde pasar una noche en Ribeauvillé, de las tres ventanas de la planta primera, la nuestra era la que está más a la derecha!!!
El pueblo de día es totalmente diferente a cuando lo vimos la noche anterior, en general no hay mucha iluminación por las calles, lo que también hace que se respire un aire más encantador.
Empezamos por la calle principal, la Grand Rue donde a ambos lados se levantan preciosas casas de colores con el típico entramado de madera.
Aquí se encuentra la plaza del antiguo hospital de Ribeauvillé construido en el siglo XIV. Fue reconstruido en 1542 según pone en la inscripción que figura en la fachada.
Enseguida llegamos a la Place de la Marie, donde se erige la Torre de Bouchers, construida en el siglo XIII. La torre de los carniceros es la imagen más representativa de la ciudad, está rodeada por resto de la antigua muralla. Su nombre viene porque se encuentra sobre el lugar en el que se establecieron el gremio de los carniceros. Su interior fue utilizado como cárcel.
La Grand Rue continúa atravesando la Torre Bouchers. Merece la pena desviarse a la izquierda hacia el denominado «Barrio pintoresco» para apreciar otros rincones encantadores de la ciudad.
Ribeauvillé es conocida también como la ciudad de los violinistas, ya que durante la Edad Media muchos músicos encontraron en este lugar su refugio. En algunos rincones de la localidad se pueden encontrar alusiones a este tema.
El lugar de encuentro de los músicos de esta localidad era la Place de la Sinn, donde se encuentra una gran fuente, la Fontaine Friedrich y un conjunto espectacular de casas alsacianas. La fuente representa lo que para la ciudad significa la agricultura y la industria
Seguimos avanzando disfrutando de la bella arquitectura alsaciana y, sobre todo, de la tranquilidad de Ribeauvillé, nos ha sorprendido que no hubiese mucha gente visitándolo, quizás no es tan famoso como el anterior, pero es encantador igualmente.
Llegamos a la Place de la République, igualmente rodeada de bellas casas alsacianas y de rincones encantadores. En el centro se encuentra una gran fuente.
Desde esta plaza de pueden observar los restos del castillo de St Ulrich, construido en el siglo XI sobre un lugar estratégico del valle.
Antes de volver a por el coche para seguir con nuestra ruta, pasamos a la iglesia de St Agustin, de estilo gótico.