Ya habíamos leído que Sapa estaba bastante saturada de turistas, que estaba perdiendo esa naturalidad que le hacía especial, pero no fueron esos comentarios (o quizás un poquito también) los que nos llevaron a cambiar la ruta.
Un mes y medio antes de nuestro viaje Diego pasó por una cirugía de rodilla que, aunque no era algo grave, no sabíamos si le iba a permitir caminar mucho tiempo seguido, por eso desde el momento en el que lo supimos descartamos ir a Sapa, allí uno va a hacer rutas de senderismo principalmente y no era el mejor momento precisamente. Seguíamos en nuestro empeño de ver campos de arroz, de esos típicos que se habíamos visto en alguna revista de viajes y vaya si los encontramos, Mai Chau nos recibió con alguno de los paisajes más bonitos de todo el viaje.
Algunas de estas construcciones son Homestays donde puedes quedarte a dormir por muy poco dinero, algunas se puede hacer la reserva desde antes de ir y en otras se negocia directamente con la familia una vez que has llegado.
Normalmente, por lo que pudimos ver nosotros, la parte de arriba está dedicada a vivienda y en la parte de abajo desarrollan actividades varias.
En estas aldeas se puede ver a las mujeres en sus telares fabricando artesanía típica.
En sus humildes tiendas venden sus productos así como otros recuerdos del lugar, es recomendable no regatear en exceso, o al menos esa es nuestra opinión, en el regateo lo que puedes ahorrarte realmente son unos céntimos que a nosotros no nos llevan a ninguna parte y para ellos sí pueden ser importantes. Reconozco que no somos buenos regateadores, nunca hemos pretendido serlo.
Merece la pena conocer varias de estas aldeas y acercarse hasta la localidad principal, Mai Chau, donde se ve mucha más actividad y existen los mercados principales.
Es posible y recomendable hacerlo en bicicleta, ya veréis que las distancias son muy manejables.
La mañana del segundo día queríamos adentrarnos un poco más en las montañas para ver si encontrábamos algunos campos de arroz dispuestos en terrazas, para ello alquilamos una moto en una tienda cercana a nuestro hotel (en muchas de ellas las alquilan), 120.000 VND y un poco de gasolina fueron suficientes para pasar una mañana perfecta!!!
Nota: A nosotros no nos pidieron ninguna documentación, les dijimos dónde estábamos alojados y fue suficiente, NUNCA dejéis vuestro pasaporte como fianza.
Llegado un momento decidimos aparcar la moto y hacer un trekking hasta una de las aldeas más altas, a nuestro ritmo, descansando cada poco tiempo y parando para hacer un millón de fotos de todo lo que estaba a nuestro alrededor.
Fue toda una experiencia, no nos cruzamos con ningún turista, sólo con un par de lugareños que nos regalaron una gran sonrisa y un gesto de «éstos que harán por aquí»….
El alojamiento que elegimos para las dos noches que pasamos en esta región fue un hotel de nueva construcción, Mai Chau Mountain View Resort, estaba incluido el desayuno y además tenía su propio restaurantes donde pudimos probar comida típica de esa región preparada con un gusto exquisito, además contaba con una piscina que venía de maravilla después de los largos paseos en bicicleta y que además contaba con unas vistas espectaculares.
Desde el propio alojamiento contratamos el traslado a nuestro siguiente destino, la caótica Hanoi nos esperaba. Hanoi está a unos 140 kilómetros de Mai Chau, fuimos en un mini bus por 250.000 VND por persona, nos recogieron en el hotel de Mai Chau y nos dejaron en la puerta del hotel de Hanoi, todo muy fácil, muy cómodo….
Nosotros no hemos estado (aún) en Sapa y por lo tanto no podemos comparar, pero lo que sí podemos es recomendar totalmente esta zona menos conocida de Vietnam!!!!