Aún teníamos unas horas en Florencia antes de volver a casa y desde luego que íbamos a aprovecharlas al máximo. Como ya conté en el post de los preparativos, cuando buscamos el vuelo para esta escapada, la mejor opción era volver desde la ciudad de Bolonia, así que teníamos que contar con el tiempo suficiente para desplazarnos hasta allí.
Tras dejar nuestras maletas en la consigna de la estación (a 6 € por cada maleta) nuestra primera parada del día fue en la Piazza de Santa Maria Novella, a poca distancia de la estación.
Esta plaza de forma irregular está dominada por la Iglesia de Santa Maria Novella, sin duda una de las más importantes de la ciudad. Es una plaza muy animada, con terrazas donde sentarte a tomar un café mientras observas el ir y venir de turistas y locales.
Y fue en uno de esos cafés donde nos encontramos con Lidia del blog Somos2dviaje, que se encontraba en la ciudad con sus padres, qué suerte haber coincidido, por fin pudimos vernos en persona, aunque no pudimos hablar todooooo lo que nos hubiese gustado jejeje (tenemos pendiente un encuentro ehh)
La Iglesia de Santa Maria Novella comenzó a construirse por la orden de los dominicios en 1250 y las obras duraron hasta mediados del siglo XIV.
Como era domingo no pudimos visitar la iglesia a la hora que teníamos pensado, pero sí pudimos entrar para ver parte de su interior.
El interior es enorme y en él se encuentra un gran número de obras de artistas de la talla de Brunelleschi y Giotto.
Nada más pasar, una de las obras que más llama la atención es el Crucifijo de Giotto, realizado en 1288, que cuelga del techo y que originalmente estaba ubicado en el altar mayor.
Su exterior tampoco deja indiferente. En su fachada podemos encontrar dos ingenios astronómicos que datan del siglo XVI, una esfera armilar de dos aros en el lado izquierdo y un cuadrante solar en el lado derecho. Viajar con un físico hace que estos detalles no pasen desapercibidos y más si tu visita a la ciudad coincide con el equinoccio de otoño.
Ambos instrumentos fueron diseñados por Egnacio Danti, un profesor de matemáticas de la universidad de Bolonia que vivió entre el arte y la ciencia y uno de sus principios era llevar el saber matemático al pueblo llano.
Muy cerca de allí, en Via de la Scala 16, visitamos un lugar muy interesante, la Officina Profumo Farmaceutica di Santa Maria Novella, la Farmacia de Santa María Novella.
Fue creada en 1385 como enfermería para el convento de los dominicos, en ella se empezaron a cultivar hierbas aromáticas y contaban con un «Fraile aromatario», pero no fue hasta 1612 cuando la farmacia abrió sus puertas, convirtiéndose en una de las farmacias más antiguas de Europa.
La entrada es gratuita y se pueden ver diferentes salas con varios de los productos que allí se pueden adquirir, entre los que destacan sus preciados perfumes.
Además en alguna de sus salas están ricamente decoradas y podemos encontrar espectaculares frescos.
Dejamos Santa Maria Novella y continuamos hacia el Palazzo Strozzi, uno de los más bonitos del Renacimiento Italiano.
Su tamaño impresiona bastante, de hecho tuvieron que demoler quince edificios para su construcción. Las paredes están revestidas con piedras a modo de almohadillas, Pietra forte, muy típico en las construcciones florentinas.
Desde allí nos fuimos a Oltrarno, cruzamos el río por el Puente de la Santa Trinidad y fuimos caminando hacia el Ponte Vecchio asomándonos al río para disfrutar de una de las vistas más bonitas de la ciudad.
Estaba llegando la hora de ir a recoger nuestras maletas para poner rumbo a Bolonia, pero antes, nos acercamos a ver una de las Iglesias de las que menos había oído hablar de la ciudad, la Iglesia de Orsanmichele.
Se encuentra muy cerca de la Piazza della Signoria, junto al Mercado Nuevo.
El edificio actual se construyó sobre el Huerto de San Miguel (Orto de San Michele, de ahí viene el nombre de la iglesia), con una planta baja con arcadas que se usaría como mercado y dos plantas superiores que servirían para almacenar el grano. Aún pueden verse en su interior huecos por donde se dejaba caer el grano almacenado, se utilizó de granero hasta finales del siglo XVII.
Se encuentra muy cerca de la Piazza della Signoria, junto al Mercado Nuevo.
El edificio actual se construyó sobre el Huerto de San Miguel (Orto de San Michele, de ahí viene el nombre de la iglesia), con una planta baja con arcadas que se usaría como mercado y dos plantas superiores que servirían para almacenar el grano. Aún pueden verse en su interior huecos por donde se dejaba caer el grano almacenado, se utilizó de granero hasta finales del siglo XVII.
Fue a partir de 1380 cuando se decidió transformar el edificio en iglesia, ya que en su interior se había colocado una imagen de la virgen (la Virgen de Orsanmichele) a la que pronto empezaron a atribuirle milagros.
En el exterior pueden verse estatuas de santos patronos de diferentes gremios y oficios, alguna de las cuales son de Donatello. En realidad las que podemos ver en el exterior de la iglesia son copias, ya que los originales se encuentran protegidos en el museo del primer piso del edificio.
El interior es de planta cuadrada y decoración gótica, destacando un gran tabernáculo de mármol con una pintura de la «Virgen de las gracias» pintada por Bernardo Daddi para sustituir a la Virgen de Orsanmichele que fue destruida en el incendio de 1384.
Poco a poco fuimos caminando hasta la estación de Santa Maria Novella desde donde salía nuestro tren hasta Bolonia, desde donde volvimos a casa.
La escapada a Florencia (y unas horas en pisa) ha sido espectacular, Italia cada vez nos gusta más, sus ciudades, el ambiente de sus calles, su gastronomía nos tiene enamorados y siempre, siempre, siempre pensamos en volver, hay muuuuuchos rincones de este país por descubrir aún, incluso tampoco nos importa repetir los que ya conocemos porque para nosotros Italia siempre es un buen plan!!!!