Día 2. TOKIO. Tsukiji Market, Palacio Imperial, Ueno Park, Ginza

En las fechas previas a nuestro viaje, he leído bastantes artículos sobre Japón de diferentes blogs de viajes , y he podido comprobar que cada uno organiza sus días de forma diferente atendiendo sobre todo a las cosas que quiere visitar, de hecho me he encontrado con mucha diversidad sobre todo en las visitas en Tokio. Con esto quiero decir que éste es nuestro itinerario y que lo hemos organizado como mejor hemos podido para ver las cosas más interesantes de la ciudad, también es verdad que una vez allí, hay momentos en los que dejas a un lado el plan que llevabas pensado y te dejas llevar….. Y también hay momentos en los que el calor, los que hayan visitado Japón en verano lo entenderán, no te permite seguir un ritmo que pensabas y tienes que dejar algunas cosas para el día siguiente o para un siguiente viaje a Japón, algo que desde luego no descarto ya que nos ha encantado. 


Alguno podrá echar en falta algunas cosas de Tokio, pero nosotros incluimos otras que nos parecían «curiosas» y que nos apetecía experimentar, espero que pueda ser de utilidad para futuros viajeros, lo que sí puedo decir es que nosotros lo hemos disfrutado un montón. 

Después de este «rollete» empiezo con lo que fue nuestro segundo día en Tokio, realmente el primer día completo en la ciudad y que aprovechamos bastante bien. 

Comenzamos el día muy pronto, quizás demasiado, y es que el jet lag en los viajes es algo que no se puede remediar…. me despierto sobre las 4 de la mañana y al momento se despierta también Diego, ya habíamos decidido que no íbamos a ir a la subasta de atún en el mercado Tsukiji, así que nos parecía demasiado pronto como para empezar la jornada, por suerte creo que ambos nos volvimos a dormir un poco más.


Bajamos a desayunar al lobby del hotel y nos fuimos hacia la estación de metro Mita, donde compramos nuestras tarjetas PASMO y las cargamos con 2000 yenes cada una, así tendríamos para nuestros traslados en metro durante unos días. Tomamos la Asakusa line hasta Higashi Ginza St donde cambiamos al la Hibiya line hasta la estación de Tsukiji.

Al salir caminamos en dirección hacia el mercado, pero antes nos encontramos con el Tsukij Honga-ji Temple, como es el primer templo que nos encontramos, decidimos visitarlo, la entrada es gratuita. 

Este templo budista tiene una arquitectura muy peculiar que nada tiene que ver con el resto de templos que nos encontramos a lo largo de nuestro viaje. Es un edificio de piedra con motivos hindúes, haciendo un homenaje a la tierra de origen del budismo. Ha sido destruido en varias ocasiones y vuelto a construir. 
La sala principal tiene una imagen de Amida Buda y es aquí donde vemos por primera vez a personas haciendo ofrendas en el recipiente de incienso. 

En Japón es muy habitual encontrar sellos de diferentes lugares que visitas, como yo siempre llevo un cuaderno para hacer anotaciones durante el viaje, fui poniendo ahí los sellos como parte de recuerdo de esos lugares. 


Después de esta visita, llegamos a la zona exterior del mercado Tsukiji. Este mercado se divide principalmente en dos zonas, la interior, donde tiene lugar la tradicional subasta del atún y venta de otros pescados, y la exterior, con multitud de puestos en los que venden casi de todo, y por supuesto, mucho pescado también. 

Vemos por primera vez la raiz de wasabi, la cual rayan para utilizarla en diferentes platos de la gastronomía japonesa, entre ellos en los platos de sushi. El wasabi que comimos en Japón no tiene nada que ver con el que habíamos comido antes aquí, el japonés es únicamente el producto rayado y aquí lo encontramos como una pasta que seguro que lleva alguna cosa más. 

Nos perdemos por sus calles observando todo lo que nos rodea, hay puestos realmente curiosos y algunos con productos muy apetecibles aunque decidimos esperar un poco para empezar a degustar algunas cosillas…..






Poco a poco vamos llegando al Mercado Tsukiji interior, vaya jaleo con los carros motorizados en los que se desplazan los trabajadores del mercado!!! Hay que tener bastante cuidado para no ser atropellado. 




Cuando nosotros entramos en el mercado, la mayor parte de los puestos ya estaban recogiendo la mercancía que les quedaba, pero aún pudimos ver muchos cajones con pescado aún vivo e incluso restos de algún atún que había sido vendido en ese día. Pasear por el interior del mercado no es fácil, hay que tener en cuenta que la gente está trabajando y a veces los turistas podemos ser un incordio más que otra cosa. Hemos leído que para finales de año este mercado va a cerrar en este emplazamiento y que abrirá sus puertas en unas nuevas instalaciones. 




Había llegado el momento de disfrutar de uno de los mejores sushis del mundo, para ello buscamos un restaurante tipo Kaiten, de esos que el sushi va pasando por una cinta transportadora y eliges lo que te apetece, y lo encontramos, en una de las calles del mercado, un sitio que estaba bastante lleno, como siempre, señal de que algo bueno se «cuece» dentro. 


La camarera muy amable nos explicó un poco el funcionamiento y enseguida comenzamos a coger nuestros platos, madre mía que rico estaba!!!! Probamos diferentes tipos de atún dependiendo de la grasa que contenía y que también variaba su precio, cuanto más graso, más caro. A nosotros el que más gustó fue el intermedio, del que repetimos varias veces, jejeje, eran sólo las 11 de la mañana y nosotros nos estábamos poniendo tibios de sushi.
Cada tipo de plato tiene un precio, al final la camarera pasó como una especie de lector y directamente nos salió el precio, una pasada vaya. 



En estos locales puedes hacerte un té gratis, pero a nosotros no nos apetecía acompañar el sushi con té caliente, por lo que pedimos un par de cervezas japonesas. Al final, 6 platos de sushi cada uno y un par de cervezas por 3500 yenes  (las cervezas eran 1000 yenes).


Dejamos el mercado y nos vamos dando un paseo hasta la zona de Shimbashi donde se encuentra el edificio de la televisión japonesa, el Nipon TV Building. El interés por llegar hasta aquí es para ver lo que se encuentra en los bajos de este edificio, se trata del reloj diseñado por Hayao Miyazaki, de los estudios Ghibli.



Desde la propia estación de Shimbashi JR, tomamos la Yamanote line y nos vamos hasta la Tokyio St, al salir nos encontramos con el edificio de la estación de Tokio, un gran edificio de ladrillo rojo de estilo renacentista que está catalogado como Patrimonio Cultural importante. 



Nos encaminamos hacia el barrio de Marunouchi donde se encuentra el Palacio Imperial, el hogar del emperador japonés y su familia. Está situado en los terrenos de lo que fue el antiguo castillo de Edo, y aunque hoy no queda poco de lo que fue esa gran fortaleza (la más grande del mundo en su momento), sí que podemos hacernos una idea de lo que era. El Palacio que se puede ver hoy en día, fue construido en 1968 ya que, como gran parte de los edificios en Japón, el anterior fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial. 


Desde hace un tiempo puede visitarse en interior del Palacio, nosotros no lo hicimos, únicamente paseamos por sus jardines y vimos los famosos puentes de Nijubashi.


Volvemos al metro para dirigirnos a uno de los parques más famosos de la ciudad, el Parque Ueno (Ueno Kōen)


Es un parque enorme en el que además de pasear y descansar, puedes visitar templos, santuarios, algún museo e incluso un zoo. 
Por todo el parque se pueden encontrar grandes carteles informativos que te indican en cada momento donde estás, de esta forma es bastante fácil orientarte. 

Una de las primeras cosas que visitamos dentro del parque, fue la estatua del Último Samurái, Saigo Takamori, paseando a su perro. Fue una figura muy importante del final de la era Edo, además su historia inspiró la película protagonizada por Tom Cruise «El último samurái». 

De ahí nos fuimos hasta el templo budista Kiyomizu Kannon-do, para los que hayáis visitado Kioto, el nombre recuerda bastante al famoso templo Kiyumizudera de esta ciudad, aunque claro está, este es a pequeña escala y menos espectacular que el de Kioto. 
Se trata de una de las construcciones originales más antiguas de las ciudad, sobreviviendo a diferentes adversidades. 


Seguimos el sendero que nos lleva hasta el templo Benten-do, un pequeño templo dedicado a la diosa del agua. Alrededor del templo hay un gran estanque que estaba plagado de nenúfares. 




Como curiosidad, me gustaría comentar que en este parque encontramos la mayor concentración de cazadores de pokemon de todo el viaje, madre mía cómo estaban algunas zonas!!!! En fin, cuando algo se pone de moda, ya se sabe….




Fue en este parque donde probé mi primer helado japonés de té verde, de matcha en realidad. Reconozco que es un sabor extraño y comprendo que a mucha gente (no japonesa) no le agrada ese sabor, a mi me gusta bastante!!! Diego sin embargo, prefería probar otros sabores como flor de cerezo y cosas así, jejeje. 




Tras un breve descanso nos fuimos a otro de los templos que se encuentran dentro del Parque Ueno, el Ueno Tosho-gu, aunque no visitamos su interior porque ya estaba cerrado. Este santuario destaca por sus tonos dorados y por el sendero de farolillos de piedra que hay antes de llegar. 




Justo al lado, entre los árboles, se encuentra  la Pagoda que antiguamente formaba parte del templo Kaneiji, un templo que fue durante la etapa Edo uno de los  más grandes e importantes de la ciudad, fue destruido y algunas de sus partes están repartidas por el Parque Ueno, entre ellas el santuario Tosho-gu y la gran Pagoda de cinco pisos.


Nos sentamos a descansar un rato en la fuente que hay frente al Museo Nacional, el día había comenzado muy pronto (como sería costumbre el resto del viaje) y el cansancio empezaba a aparecer, así que allí estuvimos un buen rato sentados. 




Una vez descansados volvimos caminando por el interior de parque hasta la zona de Ueno St. 






El siguiente lugar que visitamos nos encantó, se trata del famoso mercado Ameyoko, un conjunto de calles que forman un gran mercado al aire libre lleno de tiendas de todo tipo. Hay quien dice que «Ame» viene de América, y es que después de la Segunda Guerra Mundial, aquí se podían encontrar productos americanos procedentes del mercado negro. 

Teorías aparte, lo que sí puedo decir es que a nosotros nos encantó esta zona. Se encuentra en las inmediaciones de la Ueno St, de hecho se pueden ver las vías del tren desde las calles del mercado. 


Nos perdimos por todos sus callejones disfrutando del ambiente hasta que poco a poco empezó a anochecer. 



Hay muchos puestos de comida, pero como aún no tenemos hambre decidimos ir al metro y llegar hasta la zona de Ginza, lo último que visitaríamos por este día. 
Ginza es uno de los barrios más sofisticados de Tokio, donde se encuentran alguna de las tiendas de las grandes firmas como Gucci, Bulgari, Chanel, además de algún edificio emblemático que queríamos ver. 


Llegamos ya de noche y lo primero con lo que nos encontramos fue con el edificio Wako  con su emblemático reloj, se encuentra en el cruce de Chuo con Harumi Dori. 


Dimos un agradable paseo nocturno por alguna de las calles  del barrio más exclusivo de Tokio. 

En este barrio también se encuentra el Teatro Kabukiza. Se trata del principal teatro donde poder ver representaciones de kabuki de toda la ciudad. El kabuki es un tipo de teatro japonés originario del período Edo. El edificio ha sido recientemente restaurado y luce espectacular. 





Tras un día agotador, decidimos ir al supermercado que está al lado del hotel y comprar algo ligero para cenar. Enseguida nos fuimos a descansar, aún quedaban muchos días para disfrutar de esta ciudad!!!

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2 comentarios en «Día 2. TOKIO. Tsukiji Market, Palacio Imperial, Ueno Park, Ginza»

    • Ya ves!! Un día espectacular en una ciudad que nos encantó, Tokio tiene de todo, modernidad y tradición, templos entre torres de las más modernas, barrios como Shinjuku llenos de neones y barrios como Asakusa donde puedes vivir el Japón más tradicional…..

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