Cualquier persona que visite esta ciudad no debe perderse la visita al templo de la montaña de Doi Suthep, el Wat Phra That Doi Suthep, y nosotros habíamos elegido este día para hacerlo, aunque también lo íbamos a combinar con otro templo menos conocido y que tenía una pinta estupenda.
Nos dejó a un lado de la carretera donde hay un pequeño templo que pertenece al recinto del Wat Pha Lat.
El templo de Wat Pha Lat se construyó en 1935 para dar hospedaje a los peregrinos que se dirigían hacia el Doi Suthep.
Nos encontramos en la entrada también con dos esfinges budistas con cabezas de mujer y cuerpo de león llamadas Nora Noir , están consagradas a Buda y son protectoras de los malos espíritus.
A lo largo de todo el recinto podemos encontrar varios edificios y además un gran número de estatuas de todo tipo, dioses hindús, elefantes, dragones, serpientes…. Todos tienen un significado especial.
Estábamos prácticamente solos, había un ambiente muy agradable después de haber estado lloviendo y la luz era preciosa, así que aproveché para hacer muchas fotografías de detalles ya que el lugar me parecía impresionante.
Nuevamente nos encontramos con unas escaleras protegidas por Nagas, las serpientes mitológicas que provienen de la mitología hindú.
En esa zona había una pequeña cascada y desde allí había unas vistas muy bonitas de la ciudad de Chiang Mai.
Aprovechamos para tomar un té que vendía uno de los monjes y nos sentamos a disfrutar del ambiente de este remanso de paz.
En los viajes me gusta ir escribiendo un diario para luego recordar bien todo, me encanta de vez en cuando volver a leer alguno, en ocasiones entre sus páginas guardo pequeño tesoros que me encanta descubrir de nuevo más tarde.
Allí fue un buen lugar para parar un rato y escribir un poco…
Para volver a Chiang Mai salimos de nuevo a la carretera y paramos a una furgoneta de las rojas de las que venían de Doi Suthep. Nos costó un poco porque la mayoría bajaban llenas o no paraban, ya nos veíamos haciendo el peregrinaje hacia la ciudad, pero al final una paró y por 100 THB los dos el conductor nos dejó en el barrio de Nimman donde íbamos a buscar un lugar para comer.
El barrio de Nimman se ha convertido en el barrio de moda de la ciudad, está lleno de cafeterías preciosas y de esos locales molones que tanto nos gustan, además es una de las mejores zonas de la ciudad para comer ya que la oferta es amplísima.
Elegimos un japonés que tenía muy buena pinta. A nosotros ya nos gustaba la comida japonesa, pero desde que visitamos Japón en el 2016, se ha convertido en una de nuestras favoritas y siempre que podemos no dejamos pasar la oportunidad de probar un nuevo japonés.
Se llama Musashi, y además de que la comida estaba bastante buena, el sitio es una pasada por la decoración!!
Después de comer dimos un buen paseo por el barrio perdiéndonos entre sus calles y visitando alguno de sus locales. Nos sentamos en una terracita a tomar un te helado y disfrutamos del ambiente de la calle en este barrio que se ha convertido en mi preferido de la ciudad. Si algún día volvemos a Chiang Mai, que me da a mí que sí, exploraremos más a fondo Nimman!!!
Volvimos al hotel a darnos un baño en la piscina y enseguida salimos a disfrutar de otras de las atracciones de la ciudad, sus mercados. Era domingo y tocaba Sunday Market. Es el mercado más famoso de la ciudad y lo teníamos a un paso del hotel.
Hay cientos de puestos en los que puedes encontrar de todo, souvenirs a muy buen precio, ropa, artesanía, cosmética y otro de los puntos fuertes de estos mercados, los puestos de comida típica.
Ese día aprovechamos para cenar en los puestos del mercado como auténticos locales, unas brochetitas por aquí, otras por allá….
Y de postre una fruta que descubrimos allí y de la que me hice adicta durante el viaje, el Longan, me la compraba por la calle y era como comer pipas jejejee. Si viajáis a Tailandia o cualquier otro país donde se encuentre, probadla porque es deliciosa!!
Después de este intenso día nos fuimos a descansar y a preparar algunas cosas para visitar el día siguiente.