Hoy ha sido nuestro último día de ruta por New England, mañana pasaremos por New Haven a recoger la mayor parte de nuestro equipaje y pondremos rumbo al aeropuerto de Nueva York para volver a casa, ya se han pasado nuestros cinco meses de aventura americana.
Amanecemos entre las montañas de Okemo, en el encantador Timber Inn Motel, el mejor de todos los hoteles en los que hemos estado en esta ruta.
Antes de continuar avanzando hacia el sur por la carretera 100, paramos a desayunar en el pueblo, en un diner en el que pedimos, a parte de té y café, unos huevos con tostadas, muy típico americano.
Ya de nuevo con energía, nos ponemos en marcha hasta nuestra siguiente parada, el pequeño pueblo de Weston, el cual tiene la particularidad de tener la Country Store más famosa de todo Vermont. Las Country Stores son tiendas que suele haber en cada pueblo en las que venden un poco de todo, algo de comida, menaje, velas, ropa, etc., en algunas tienen más que en otras la verdad, pero lo de la de Weston es algo espectacular, es la tienda más bonita en la que he estado nunca, una tienda a la que debes dedicar bastante tiempo pues puedes perderte en su interior, paseando por cada pasillo, por cada zona diferente, degustando productos típicos de la zona….. Con los techos de madera y todo decorado con estilo vintage, es sin lugar a dudas una auténtica pasada, una parada obligatoria si te encuentras por esta zona. Los empleados son también especiales, te ayudan en cada momento, te preguntan si te gusta, te ofrecen productos para probar, no me extraña que esté catalogada como la mejor del estado. Alguna cosita ha caído, y la verdad es que si no tuviésemos que meterlo en las maletas, las cuales van ya hasta arriba, hubiésemos comprado alguna cosa más.
Justo enfrente de The Vermont Country Store había otra tienda de las que me encantan y de las que tengo que pasar aunque sólo sea un ratito, se trata de una tienda de Navidad, pero toda entera de Navidad, con miles de adornos de diferentes temáticas a cada cual más bonito. Hemos comprado uno de un puente cubierto de madera típico de Vermont, así lo tendremos también presente en nuestro árbol.
Continuamos hasta otro punto de interés que teníamos marcado, el puente cubierto de Townhend, el más largo de todos los del estado de Vermont, no se puede cruzar porque no se encuentra en muy buen estado, pero puede apreciarse su longitud y su antigüedad. Merece la pena desviarse un poco de la ruta 100 para acercarse a verlo.
Los paisajes que vamos encontrando, al igual que los que recorrimos ayer, son muy bonitos, todo tan verde, con tantísimo árbol y salpicado de casitas y de graneros. Los pueblos por los que pasamos, aunque pequeños, todos tienen algo encantador.
Paramos en Wilmington, otro típico pueblo del estado, una calle principal con algún sitio para comer y con su Country Store a la que pasamos a comprar unas nueces de pecan con sirope de arce que están exquisitas. Comemos allí, en una taberna que debió venir en el barco Mayflower junto a los Pillgrims de lo antigua que es. El pueblo se parece a los que encontramos el año pasado por el oeste americano, al menos tiene ese aire.
Sin perder más tiempo nos ponemos en marcha, tenemos que llegar a Williamstown, ya en el estado de Massachusetts, para visitar uno de los museos de arte más famosos de Nueva Inglaterra, el Clark Institute, en el que pueden verse entre otras muchas obras, un número importante de pinturas impresionistas, sobre todo de Auguste Renoir, algunas de Monet, Pisarro, Sisley…., una auténtica maravilla de lugar, sobre todo por lo que contiene en su interior, pero el exterior también merece una mención, rodeado de zonas verdes en una ciudad universitaria muy animada, desde luego que es el lugar perfecto donde disfrutar de importantes obras de arte. El museo fue creado por Robert Sterling Clark y su esposa Francine en 1950 como un lugar donde alojar su extensa colección de arte, él procedía de una familia que había hecho una gran fortuna, los dueños de las famosas máquinas de coser Singer, de los que también heredó su pasión por el arte que más tarde compartiría con su esposa. Hoy la Fundación que lleva su nombre sigue adquiriendo obras y haciendo mejoras en el museo para el deleite de todos los visitantes. Además ha coincidido que había una exposición temporal dedicada exclusivamente a Van Gohg, por lo que había cuadros de este pintor traídos de diferentes partes del mundo.
El museo cierra a las 5pm, pero una vez dentro puedes permanecer en sus jardines más tiempo, así que aprovechamos para sentarnos y descansar a parte de admirar el precioso entorno en el que se encuentra.
Antes de irnos al hotel en el que pasaremos nuestra última noche, hacemos una parada en otro pueblecito, Stockbridge, en el que nos tomamos un helado de Maple Walnut mientras damos un paseo por su calle principal. Hemos entrado a una de sus iglesias que por suerte hemos encontrado abierta.
Los americanos suelen tener bastantes mascotas, sobre todo perros, en muchos lugares hemos encontrado detalles como éste.
Y hasta aquí lo que ha sido nuestra ruta por esta zona del país, nos han encantado cada uno de los lugares que hemos visitado, cada estado es diferente y eso le da mucho más encanto, de las playas inmensas puedes pasar a la costa más escarpada, a las montañas y extensos parajes verdes, a los pueblecitos rurales con sus graneros, de las langostas al maple syrup, cada uno en su momento. Recomiendo totalmente la ruta que nosotros hemos realizado, son bastantes kilómetros pero no se hacen pesados por el paisaje tan espectacular que vas encontrando a tu paso.
Mañana toca día de recogida de equipaje y poner rumbo al aeropuerto, una vez que estemos sentados en el avión, con las maletas ya facturadas, habrá acabado en parte nuestra aventura americana, digo en parte porque luego quedará recordar todo, ver las miles de fotos, decorar nuestra casa con algún detalle, con todo eso, esto no terminará del todo nunca.