Porque no todo lo que pasa en Las Vegas se queda allí

Después de un intenso día con varios trails por los Parques Nacionales, cambiamos el chip y nos adentramos en una ciudad, pero no una ciudad cualquiera, a las diez de la noche aproximadamente atravesábamos con nuestro coche el Strip, o lo que es lo mismo, la calle más famosa de Las Vegas, desde luego que fue un momento para no olvidar, música por todas partes, gente, gente, muchísima gente, luces, neones, un ambiente impresionante y un atasco de similares características.
Para nuestra estancia en la ciudad del pecado elegimos uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad, el Bellagio, un hotelazo muy bien situado dentro de la calle principal, tuvimos mucha suerte y meses antes pudimos reservar con una oferta bastante buena, pero la verdadera suerte estaba aún por llegar……. LLegamos bastante cansados, con los pies llenos de polvo de nuestras rutas del día, con nuestras maletas y ¡Oh My God!, el hotel estaba hasta arriba de gente por todas partes, por lo que tuvimos que esperar una gran fila para poder hacer el check in después de esperar otro buen rato para poder aparcar el coche, lo que queríamos es que nos diesen nuestra habitación para cambiarnos y poder salir a cenar algo. Por fin nos toca!!! El Bellagio tiene casi 4000 habitaciones, así que lo único que pedimos es que las dos que necesitábamos, para nuestros amigos y para nosotros, estuvieran relativamente cerca. La chica de la recepción empieza a mirar en el ordenador, y de repente hace una llamada….. yo ya empiezo a pensar que la reserva no está hecha bien, y que un sábado por la noche y tal y como está la ciudad qué podemos hacer, y en esto que en mis pensamientos oigo a Diego que le dice «Pero gratis??????» Si, sí señor, les vamos a poner en una suite con dos habitaciones porque no tenemos dos dobles cercanas, upgrate gratuito y no cualquier cosa, una suite de las de más de mil dólares la noche. Nos da unas tarjetas vip con las que accederíamos a la zona en la que se encontraba la suite y adelante!!!
Cuando entramos no podíamos creernos dónde íbamos a pasar los siguientes dos días….ALUCINANTE. Un baño de invitados a la entrada, cocina, un salón precioso y dos habitaciones, una a cada lado de la suite con dos baños cada una, un baño de caballero con ducha de vapor y un baño de señora con jacuzzi, tocador y todas las pijotadas que se pueda uno imaginar….Creo que tardamos más de una hora en empezar a ducharnos por si se trataba de una broma de cámara oculta, jejejeje, nosotros que creíamos que habíamos tenido suerte por haber reservado con una buena oferta.
Ya cambiados salimos a dar una vuelta por el Strip para disfrutar del ambiente y ver alguno de los hoteles más emblemáticos, la calle sigue hasta los topes de gente, de coches…. ¡Qué diferencia con las visitas a la naturaleza que habíamos hecho por la mañana!
Enfrente del Bellagio se encuentra el Hotel París, con una réplica del la torre Eiffel y del Arco de Triunfo, al lado el Caesars, cerca el Flamingo, madre mía, esto sólo puede ocurrir aquí.

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