Día 17. Los colores de Chiang Rai

Salimos de nuestro hotel en busca de una camioneta de las rojas que nos llevase a la estación de autobuses, teníamos los billetes para el autobús de las 9 de la mañana, nos íbamos a Chiang Rai!!!





Tras algo más de 3 horas de trayecto llegamos a Chiang Rai, como nuestro hotel está muy cerca de la estación de autobuses, decidimos ir andando. Sin perder mucho tiempo dejamos nuestras mochilas en la habitación y nos vamos a la zona de la estación, empezaba de nuevo el arte del regateo para conseguir un tuk tuk que nos llevase a los lugares que queríamos visitar en la ciudad. Era ya más de la una del medio día y no queríamos perder mucho tiempo, así que tampoco regateamos mucho, al fin y al cabo, la diferencia que podíamos regatear no pasaba de un par de euros al cambio. 

Acordamos 450 THB con el conductor del tuk tuk, él nos llevaría a los lugares que le indicáramos y nos esperaría hasta que terminase la visita para luego devolvernos al hotel.


El primer lugar al que nos dirigimos no podía ser otro, teníamos muchísimas ganas de estar delante de uno de los templos más famosos y fotogénicos del norte de Tailandia, el Wat Rong Khun, más conocido como el Templo Blanco, un templo budista muyyyyyy diferente al resto que encontramos por el país. 
Se encuentra a 15 kilómetros del centro de la ciudad, por lo que es fácil llegar en tuk tuk.
La entrada al templo son 50 THB.






En realidad el templo blanco es una reconstrucción de un templo que ya existía en el mismo lugar. Fue en 1996 cuando un habitante de Chiang Rai, el artista Charlemchai Kositpipat retomó la reconstrucción del templo como un proyecto personal que mezcla el estilo tradicional con el arte moderno tailandés, dando como resultado lo que podemos ver hoy en día. La reconstrucción aún no está acabada por completo y se estima que no estará hasta aproximadamente 2070, igual ya me pilla un poco mayor para ir a la inauguración jejejeje. 


En todo el complejo predomina el color blanco, destacando el Puente de la Reencarnación, que cruza un pequeño lago hasta el edificio principal, el Ubusot y que representa el paso de la muerte a la vida. Antes de cruzar el puente se pueden ver esculturas que representan el sufrimiento humano. 


En el interior del templo no están permitidas las fotos, allí puedes encontrar bastantes elementos modernistas y decoración que para nada tiene que ver con un templo budista, o al menos, lo que nosotros entendemos como tal. De alguna manera parece simbolizar la diferencia entre valores orientales, como la espiritualidad, paz, con otros valores más occidentales como el consumismo.


Estuvimos en el recinto del templo bastante tiempo admirando cada uno de sus rincones.
A la salida del recinto nos estaba esperando nuestro conductor del tuk tuk para llevarnos al siguiente destino del día. 




De camino a nuestro siguiente destino disfrutamos de paisajes rurales muy bonitos. 






Nos dirigíamos al Bandaam Museum, también conocido por la mayoría de visitantes como la Casa Negra. 
Se encuentra a unos 12 kilómetros al norte de la ciudad de Chiang Rai. 


El horario de visita es de 9 a 12 y de 13 a 17 horas y el precio por persona es de 80 THB.


A diferencia del templo del que veníamos en el que el color blanco era el protagonista, el Bandaam Museum destaca porque el color negro es el predominante en cada uno de los edificios y detalles de decoración. 




Es obra del artista tailandés Thawan Duchanee, pintor, arquitecto y escultor que se encargó de cada uno de los detalles de este singular lugar.
En realidad es un conjunto de edificios de madera inspirados en la arquitectura de palacios y templos de Tailandia y de otras partes del mundo.


Los edificios se encuentran dispersos en un precioso jardín en el que también es posible encontrar elementos de lo más exóticos e incluso «futuristas».






Llama la atención la cantidad de objetos relacionados con los animales, pieles, cuernos, etc., que dan al lugar un ambiente bastante lúgubre y siniestro. 





Para cerrar el triángulo de color, nuestro siguiente destino del día también tenía un color como protagonista, en este caso el azul.
El conductor del tuk tuk nos llevó hasta el  Wat Rong Suea Ten, más conocido como el Templo azul de Chiang Rai.


Se encuentra a las afueras de la ciudad y la visita de este templo es gratuita. Muchas personas lo pasan por alto y se limitan únicamente a visitar los dos anteriores, pero yo lo recomiendo totalmente, a nosotros nos encantó!!



En todo el templo destaca el color azul índigo y el dorado, con gran cantidad de adornos que le dan cierto aspecto barroco al complejo. 

En la entrada destacan dos enormes dragones que vigilan el templo y que son obra de un artista tailandés que también trabajó en la construcción de algunos elementos del Templo Blanco, Putha Kabkaew, el cual se inspiró en detalles realizados por Thawan Duchanee en la Casa negra, por lo que en el triángulo de color de Chiang Rai está claramente relacionado un punto con otro.

El Wat Rong Suea Ten es de reciente construcción, de 2005, aunque en ese mismo lugar ya existía otro templo. 

El color azul también destaca en el interior del templo, al fondo un gran Buda  de más de  seis metros preside el edificio principal. 

Después de esta visita nuestro conductor nos llevó de nuevo al centro de Chiang Rai, hasta nuestro hotel, donde descansamos un poco y salimos de nuevo a dar un paseo por la ciudad y a cenar algo, al final, con las visitas del día no habíamos parado para comer!!!!

En un corto paseo llegamos hasta otro de los monumentos más famosos de Chiang Rai, su Clock Tower, la Torre del Reloj. 
Fue construida por el mismo artista que el Templo Blanco en homenaje al rey de Tailandia y cada noche, un espectáculo de luz tiñe su estructura dorada de diferentes tonalidades, parece que nuestra visita a Chiang Rai está ligada a los colores jejeje. 

Para cenar elegimos un sitio donde preparaban unas ricas hamburguesas, el lugar se llama Sanfran, está muy cerca del Night Market de la ciudad. 

Como estábamos muy cerca, decidimos ir a dar un paseo por el Night Bazaar antes de irnos a dormir. 


Después de un buen rato entre puestos de artesanía, vestidos y también de comida, volvimos al hotel a descansar, al día siguiente nos esperaba una excursión muy chula!!!

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