Día 5. TOKIO. Santuraio Meiji, Harajuku y tarde en Odaiba

Otro día más en la ciudad de Tokio, aunque este será el último que pasemos completo en la ciudad, ya que a partir del próximo día vendrían las excursiones y continuaríamos la ruta por el país. 
En la Yamanote JR llegamos hasta la estación de Harajuku St, habíamos reservado esta visita para el domingo para tener más posibilidades de ver alguna boda sintoísta y vaya si acertamos!!! nada más salir de la estación de Harajuku nos vamos en un agradable paseo hasta el Santuario Meiji, uno de los más importantes de todo Japón. Desde la estación es muy fácil llegar, cruzamos el puente de las vías de tren y ya nos encontramos con el sendero que nos lleva hasta el santuario. 
La entrada al santuario Meiji es gratuita, algo de agradecer y para compensar las visitas a los templos que haríamos jornadas más tarde en la preciosa Kioto. 
El santuario está dedicado al emperador Meiji y a su esposa la emperatriz Shoken y se encuentra en un lugar privilegiado en la ciudad, rodeado de una gran arboleda. 
El gran Torii que da acceso al santuario está realizado con cipreses milenarios traídos desde Taiwan. 


Antes de entrar podemos contemplar las hileras de barriles de sake que hay en uno de los lados del camino. Estos barriles de sake son ofrendas que hace cada año una asociación de amantes de esta bebida japonesa para que la industria del sake sea próspera y se venda mucho ese año.



El santuario terminó de construirse al principio de los años 20, pero fue destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente fue reconstruido fielmente al estilo con el que se construyó, atendiendo a la arquitectura Shinto, con el color oscuro de la madera de ciprés y el verde del cobre en los techos. 


Nada más entrar ya nos llama la atención la primera boda sintoísta!! Allí estaban novios e invitados posando para los fotógrafos, posando para nosotros también… y es que con mucho respeto y sin molestar, también les hicimos alguna que otra foto. 

Nos vamos hacia la entrada principal y justo vemos que de uno de los edificios sale la comitiva de otra boda sintoísta, y nosotros que pensábamos que a ver si con suerte veíamos una, pues vimos unas cuantas!!! Así que recomiendo visitar este santuario en domingo siempre que sea posible, porque seguro que alguna habrá y es algo que merece la pena ver, por diferente…. Las novias tan elegantes con sus vestidos tradicionales, y ellos también!!


Una de las cosas que hicimos también en el santuario Meiji fue escribir sobre una ema, una tablilla de madera donde escribes tus deseos y la cuelgas en los lugares habilitados en los santuarios, de esta manera, los kamis, divinidades sintoístas, podrán leer las plegarias y hacerlas realidad. Las tablillas se compran allí mismo y en este caso tenían un precio de 200 yenes. 


También nos acercamos a la sala de las ofrendas donde se depositan monedas en un altar con unas rendijas, se dan unas palmadas para atraer a las divinidades, y con respeto se hace una reverencia antes de abandonar el lugar. 


El santuario Meiji consta de varios edificios cada uno de los cuales cumple una función específica. Dimos un paseo por el recinto del santuario disfrutando del buen ambiente que había, incluso vimos alguna boda más!!! 
Aunque ya estábamos en el recinto del templo, nos acercamos también hasta la fuente de purificaciones. 


Dentro del propio Santuario, visitamos el Jardín de Meiji Jingu. En este caso la entrada no es gratuita, sino que hay que pagar un ticket para su mantenimiento, son 500 yenes por persona, a nosotros nos pareció un lugar precioso por el cual merece la pena pagar para verlo. 
En su interior podemos encontrar una típica casa de té con sus espectaculares bonsáis, un estanque con nenúfares y unos paisajes para quedarse un rato admirando. Es verdad que cuando realmente son preciosos son en primavera cuando todos los lirios están en flor, pero en la época de nuestra visita, también nos parecieron un lugar bonito. 


Volvemos a la estación de Harajuku para dirigirnos a una de las calles más famosas de esta zona. El edificio de la estación es muy bonito y justo enfrente nos encontramos con los personajes de Super Mario!! Japón nunca deja de sorprenderte y entrábamos en una zona en la que muchas cosas nos iban a sorprender jejeje. 
Justo enfrente de la estación se encuentra la entrada a la Takeshita -Dori, una de las calles comerciales más famosas de la ciudad. En ella hay comercios súper chulos donde encontrar las cosas más innovadoras en cuanto a moda, en esta calle puedes encontrar gente de todo tipo, tribus urbanas curiosas y diferentes lugares donde probar alguno de los productos gastronómicos más famosos.



Aunque durante nuestra visita llovió un poco, no fue impedimento para disfrutar el ambiente de una de las calles que más me gustaron de Tokio. Hubiese pasado uno por uno a cada uno de los locales que allí se encuentran, pero claro, teníamos más cosas planeadas para ese día y no era plan de dedicar horas y horas allí, pero el tiempo que pasamos lo aprovechamos muy bien!!

Para refrescarnos un poco nos comimos un Gelato Chou, una especie de «bocadito de nata» congelado que está riquísimo y que encontramos por más sitios en Japón.

Continuamos paseando por la zona hasta llegar a Omotesando St, una de las calles comerciales más exclusivas de Tokio. En ella podemos encontrar tiendas de las grandes firmas y también otras tiendas más asequibles para los bolsillos normales. 

Por ser una gran avenida con árboles a los lados, tiendas, boutiques, restaurantes,etc., Omotesando st es conocida como los Campos Elíseos de Tokio. 


Para comer teníamos muy claro donde íbamos, queríamos probar las famosas gyozas del Gyoza Lou, también conocido como Harajuku Gyoza-Ro,  así que sin perder más tiempo porque ya había hambre allí que nos fuimos. 
Llegar es bastante fácil, basta con fijarse en la tienda Kiddy Land, Gyoza Lou se encuentra justo detrás, en el callejón paralelo a Omotesando St, así que entramos por uno de los callejones (en la esquina hay una tienda de moda que se llama Delvaux) y enseguida dimos con ello. 


Siempre hay que esperar una fila, pero la espera merece absolutamente la pena porque las gyozas están exquisitas. 
Durante la espera comenzó a llover un poco, pero ningún problema con nuestro paraguas transparente que habíamos comprado en Takeshita dori jejeje!!!


Una vez sentados podemos pedir nuestras gyozas, se piden por raciones de seis y cada ración cuesta 290 yenes, además de ricas son baratas!!! Es mejor pedir una ración y luego repetir cuantas veces quieras, así las comes siempre calentitas, y claro, nosotros las acompañamos de una cervecita japonesa!! Las hay fritas y también cocidas, ambas están muy buenas así que yo recomiendo probar las dos. 


Después de comer decidimos pasar a la tienda de juguetes Kiddy Land, un paraíso de para los amantes de las cosas «cuquis» y frikis, es un lugar muy popular en la ciudad. La tienda es enorme, pero nosotros nos quedamos sólo en el piso de abajo y nos bastó para comprarnos alguna que otra cosa. 


Continuamos dando un paseo por la zona, tanto por los callejones cercanos a Omotesando St como por la propia Omotesando en la cual se encuentran edificios bastante chulos. En la zona hay un poco de todo, desde tiendas muy caras y exclusivas, hasta pequeños locales con cosas encantadoras a buenos precios, lástima que la maleta tenga un espacio limitado!!!

Nos da mucha pena dejar esta zona, pero es momento de volver a la estación de Harajuku para dirigirnos a nuestro próximo destino, una zona totalmente diferente a ésta y que también nos dejó muy buen sabor de boca, nos vamos a Odaiba!!

Para llegar hasta allí teníamos que llegar hasta la estación de Shinbashi JR de la línea Yamanote y allí cambiarnos hasta la línea Yurikamome, un tren eléctrico que te deja directamente en la isla. Aquí no puede usarse el JR Pass y comprando ticket de ida y vuelta son 620 yenes, nosotros recargamos nuestras tarjetas PASMO y las utilizamos. 


El propio viaje en la linea Yurikamome es especial, cruzas el puente Rainbow Bridge y las vistas son espectaculares, nosotros incluso vivimos un momento especial con un verdadero Rainbow sobre el puente, alucinante!!! Nosotros nos bajamos en la parada Daiba, donde se encuentra la mayor parte de atractivos de la zona. 


En Odaiba se pueden hacer y ver muchas cosas, cuenta con museos, centros comerciales y otras muchas atracciones, pero nosotros no queríamos recorrernos la isla completa para ver todo lo que ofrece, así que decidimos disfrutar de las vistas de la bahía de Tokio, ver la réplica de la estatua de la libertad, pasar a alguno de los centros comerciales y aprovechar para cenar por allí. 

Desde allí disfrutamos de uno de los atardeceres más bonitos de toda nuestra ruta, el cielo estaba precioso y el sol cayendo sobre la bahía formaba una estampa espectacular!!


Esperamos allí hasta el anochecer y fuimos a cenar a una hamburguesería famosa que se llama Kua-Aina, donde disfrutamos de unas riquísimas hamburguesas, que nada tenían que ver con la comida que veníamos comiendo hasta ahora,  con las mejores vistas que podíamos tener, el Rainbow Bridge, la estatua de la libertad y la bahía de Tokio…
La imagen no hace justicia de lo que veíamos porque está tomada con el móvil, entre unos cristales y con unas condiciones de luz regulares, pero seguro que sirve para hacerse una idea!!


Y después de estas vistas tocaba iniciar el regreso, nuevamente en la línea Yurikamome desde la estación de Daiba hasta la estación de Shinbashi JR y de ahí hasta la nuestra, Tamachi JR, directamente a nuestro hotel a por un descanso más que merecido. Al día siguiente inaugurábamos nuestro Japan Rail Pass con nuestra primera excursión fuera de la ciudad, nos íbamos a Nikko, pero eso será en el siguiente post.

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