Teníamos sólo un día para dedicarlo completo a Colmar y queríamos disfrutar de lleno de los mercadillos de Navidad y de la ciudad en general, así que decidimos no entrar a museos que nos llevasen mucho tiempo, teniendo en cuenta que antes de las cinco de la tarde ya empieza a anochecer, había que aprovechar bien el tiempo.
El primer mercadillo con el que nos encontramos fue el de la Place des Dominicans, que se encuentra junto a la imponente iglesia del mismo nombre a la que pasaríamos horas más tarde, justo cuando ya anocheciera, queríamos pasar en la calle todas las horas de luz que fue posible. El mercadillo estaba bastante tranquilo a primera hora de la mañana, la verdad es que no tiene nada que ver con el ambiente navideño que se respira por la noche, aunque así pudimos ver tranquilamente los puestos y echar un ojo a determinadas cosas que más tarde se vendrían con nosotros, jejejeje.
Toda la ciudad está adornada de una forma especial, una de las cosas que más me llamaba la atención es la forma de decorar las ventanas, con ramas de abeto y otros adornos de lo más «cuqui» como ositos de peluche, ciervos, renos, lo que hacía que luciesen espectaculares.
Continuamos paseando por la ciudad descubriendo nuevos rincones y quedándonos embobados en cada escaparate de las boulangeries donde exhiben pan de diferentes clases y sobre todo un bizcocho típico alsaciano que se llama kugelhopf, tiene forma redonda y se hornea en un molde de cerámica esmaltada que en ocasiones también utilizan de decoración.
En nuestro recorrido nos encontramos con una de las casas más famosas de Colmar, la Maison des Tetes, hoy convertida en un hotel. Data de 1609 y su nombre le viene por el centenar de cabezas humanas esculpidas en su renacentista fachada. A finales del siglo XIX el edifico fue sede la Bolsa de Vinos
Enseguida llegamos a otro de los mercadillos de navidad de la ciudad, que en total tiene cinco, se trata del mercadillo de la Place Jeanne d’Arc, mucho más pequeño que el anterior, pero también encantador.
De la Place Jeanne d’Arc tomamos una pequeña calle con preciosas casas de entramado de madera y llegamos hasta una plaza donde se encuentra la Maison des Arcades, una hermosa casa de construcción renacentista con tres alturas.
Caminando por la Grad Rue llegamos hasta otros dos de los mercadillos de navidad de Colmar. El de la Place de l’Ancienne Douane y un mercadillo que se encuentra en el interior del edificio de la antigua aduana. Por el entorno en el que se encuentra y las construcciones que hay alrededor, este mercadillo es, para mí, el más bonito de la ciudad, aquí compramos algunos productos para después degustar en casa como un té de navidad riquísimo, algún recuerdito para nuestro árbol viajero y también nos tomamos un vaso de zumo de manzana caliente, a priori puede resultar algo raro, pero cuando lo pruebas allí te das cuenta de que lo bueno que está, no sería el único que nos tomamos esos días…..
Nos encontramos en pleno barrio de los Curtidores, donde este gremio estuvo trabajando hasta el siglo XIX. Las preciosas casas de entramado de madera de este barrio, son altas porque la parte superior se utilizaba para el secado de las pieles.
En este barrio podemos ver un pequeño canal por el que el agua circula libremente. Sus barandillas están decoradas con objetos navideños, pero con el buen tiempo, se llenan de flores creando una estampa espectacular de la ciudad.
La verdad es que es un lugar en el que empezar a hacer fotos y no parar, todo es taaaaaannnn bonito!!!!
Aquí también se encuentra la fuente Schwendi que representa la figura de Lazare Schwendi un oficial que luchó contra Hungría y que cuentan que de allí trajo las primeras viñas de las que salía el famoso vino húngaro, las cuales fueron plantadas en el pueblecito de Kaysersberg formando parte de los viñedos de la Alsacia.
Atravesando un pequeño pasadizo por debajo del edificio de la Aduana antigua, llegamos a la plaza del Mercado, un gran conjunto de casas de entramado de madera que en esta época del año lucen especialmente bonitas.
Desde esta plaza se puede acceder al Koïfhus, el mercado navideño cubierto que expone objetos de artesanía como joyas, obras realizadas en piel, bordados, pinturas, etc…. Quizás es el menos encantador, aunque también merece la pena verlo.
Muy cerca de esta plaza, avanzando por la pintoresca calle de los Mercaderes, con todas las ventanas decoradas, se encuentra la famosa Maison Pfister, de 1537, una de las más espectaculares de la ciudad. La casa cuenta con un bonito mirador y galería de madera. La ornamentación del mural se realizó en 1577 y representa varias escenas de la Biblia. En la parte inferior del mirador se encuentran unos medallones en bajorrelieve con las esfinges de Maximiliano I, Carlos V y Fernando I.
Desde este rincón ya podemos ver parte de la Colegiata de San Martín, antigua catedral de los siglos XIII y XIIV. Se trata de una de las iglesias góticas más importantes de toda la Alsacia. La cubierta es de tejas de estilo alsaciano, son tejas de cerámica de color verde y ocre. La torre supera los 70 metros de altura, aunque nunca llegó a realizarse la segunda torre que figuraba en los proyectos originales.
Ponemos por fin rumbo al barrio más romántico de Colmar, la Petite Venise, la pequeña Venecia. Para llegar allí cruzamos el puente sobre el río Lauch y ya empezamos a ver las preciosas fachadas de las casas de los pescadores, el Quai Poissonnerie. Estas casas de color pastel y entramado de madera eran propiedad de los pescadores que desde la Edad Media vendían el pescado a lo largo del río. Los bajos de las casas están ahora ocupados por pequeños y encantadores comercios a los que no podemos dejar de pasar.
Al lado se encuentra el Mercado cubierto, una gran nave en la que puedes encontrar puestos de comida y lugares donde comer algo típico.
Y ya por fin llegamos al barrio más famoso de Colmar, Petite Venise, un barrio encantador en el que las casas se asoman al río formando alguno de los rincones más típicos de la ciudad. El puente de Saint Pierre es un buen lugar para tener una vista espectacular de esta zona, hacerse unas cuantas fotos, o mil por ejemplo. Por esta zona es posible dar un paseo en unas barcas de madera que antiguamente los comerciantes utilizaban para vender sus productos.
Como no podía ser de otra manera, el la Petite Venise también había instalado un mercadillo de navidad con atracciones para los más pequeños y los no tan pequeños, la edad para acceder a las atracciones era hasta 99 años!!!!
Vimos cada uno de los puestos y aprovechamos para comer en uno de ellos que tenían unas salchichas típicas que estaban buenísimas, eso sí, lo acompañamos con un par de cervezas de la zona y para terminar unos vasitos de zumo de manzana caliente al que ya nos habíamos hecho casi adictos.
Teníamos curiosidad por acercarnos hasta el Champ de Mars y la Place Rapp para ver la pista de patinaje sobre hielo que todos los años instalan, así que aprovechando que aún quedaban un par de horas de luz nos fuimos dando un paseo hasta allí.
Aquí podemos ver una estatua de Jean Rapp, un general francés nacido en Colmar y también un precioso y antiguo carrusel cubierto.